La experiencia del Pase
En 1967, Lacan le propone a la Escuela Freudiana de Paris -que había fundado 3 años antes, la creación de un dispositivo cuya finalidad era investigar y constatar los finales de análisis de aquellos psicoanalistas que quisieran dar prueba de ello. No era una imposición sino una invitación a pasar por esa experiencia.
Su interés se centraba especialmente en la formación de los analistas para asegurar la existencia del discurso analítico en el mundo.
Esta proposición contenía al menos dos novedades respecto de las Asociaciones de psicoanálisis existentes: que hay un final de análisis y que este final podría verificarse.
Sin embargo, en el fundamento de la Escuela de Lacan el concepto de psicoanalista no existe, lo que no impide que existan psicoanalistas y que ellos puedan elaborar y transmitir la transformación que han obtenido de su propia experiencia como analizantes.
El Pase emerge entonces como el invento de Lacan que permite discernir si hay analizado, es decir, si quien se presenta al pase puede demostrar que concluyó su análisis, lo que deviene en una nominación de AE, Analista de la Escuela.
Se trata fundamentalmente de una experiencia de Escuela en la que convergen una doctrina del final y su verificación. Esta experiencia, dirige hacia la Escuela lo que descubrimos en las curas1, lo que permite a su vez una renovación permanente de la doctrina analítica a partir de sus resultados.
El análisis
Alcanzar la demostración lógica del final del análisis, implica también concebir su inicio.
Los análisis comienzan con la localización de un sufrimiento y el deseo de hablar de ello con un psicoanalista. Por eso la función de la palabra se encuentra en el centro de las curas. Y esa función no solo está ligada a la estructura del lenguaje, sino también a la sustancia de goce que ella entraña. De esta manera, tanto el análisis como el pase transcurren bajo el impacto de las palabras y de los afectos en el cuerpo.
A lo largo de una experiencia analítica deshacemos con la palabra lo que fue hecho con palabras2.
En esta perspectiva, el pasante tendrá que elaborar su propio caso siguiendo la pendiente de las palabras que marcaron su vida y que el análisis hizo emerger como relieve. Elucidar la repetición que se desplegó a partir de esas marcas y el fantasma que se construyó con sus significaciones. Y también demostrar cómo logró obtener una cierta libertad de ese programa de goce que tempranamente lo condicionó, como así también del lugar que el analista llegó a ocupar en él.
El dispositivo
El principio del pase consiste en dar un testimonio del propio análisis y presentarlo frente a un jurado a través de una mediación3. Para ello, la conformación del dispositivo cuenta con un secretario, los pasadores y el jurado.
El secretario recibe las demandas de pase, las evalúa y decide darles la entrada o no al dispositivo. Los pasadores son analizantes designados por sus analistas para cumplir esa función, por encontrarse en un momento crucial de la experiencia en la perspectiva del desenlace de su propio análisis. Lacan confió en ellos para recibir el testimonio de los pasantes y transmitirlo al jurado del pase. Y el jurado, que en la EOL toma la forma del cartel (cuatro Más uno), decide si el recorrido analítico del pasante da cuenta de que allí hubo un final de análisis.
Esta experiencia, con algunos cambios según la vida propia de cada una de las Escuelas de la AMP, permanece en funcionamiento desde la Proposición del ´67.
El AE
La nominación de AE, la recibe quien demuestra con su testimonio clínico, la transformación subjetiva que se produjo a partir de la experiencia realizada como analizante. Resulta de especial interés leer en esa transmisión, el deseo de ocupar el lugar del psicoanalista para otros.
De esta manera, el pase aprecia la encrucijada esencial del pasaje de psicoanalizante a psicoanalista, e intenta extraer el saber clínico inédito que de allí se desprende para compartirlo con la comunidad que se reúne alrededor de la Escuela.
Esta nominación es cada vez única porque entre los analizados no hay ninguna semejanza posible y esa diferencia enriquece la dimensión propiamente analítica de la experiencia en su conjunto.
Durante los dos años que dura su función, se espera que el AE transmita sus enseñanzas clínicas, epistémicas y políticas para hacer avanzar el psicoanálisis y producir nuevos desarrollos de saber que renueven y mantengan vivo al discurso analítico.
Actualidad del Pase
En el marco del aggiornamento impulsado a partir del 2022 por Christiane Alberti, presidente de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, el pase se actualizó en el conjunto de las Escuelas de la AMP que cuentan con el dispositivo.
El pase es una apuesta que contribuye a la investigación sobre el final del análisis, hay que reinventarlo, caso contrario, se convertiría en un rito, en una ceremonia1.
En esta perspectiva y a partir de las elaboraciones realizadas en el Colegio del pase durante el año 2023, la EOL redactó y votó un nuevo reglamento del pase que puso en marcha una renovación de la experiencia, fundamentalmente alrededor de los siguientes puntos -que en el fondo son un retorno a la dimensión de acto que destaca la práctica de Lacan: el pase una sola vez, la duración de la nominación por dos años, la nueva composición del cartel del pase y la conformación del Secretariado del pase por una sola persona.
En el siguiente link se encuentran los argumentos de esta renovación que ha dado la oportunidad de relanzar el pase en nuestra comunidad y considerar sus consecuencias en el porvenir.
Silvia Salman
Secretaria del pase
1 Alberti, Ch.: El Caldero 33, Respuestas sobre el pase, BsAs, 2024
2 Lacan, J.: Seminario 25 El momento de concluir, Inédito, Clase
3 Miller, J.-A.: Reinventar la Escuela? Preguntas porteñas, Ed. Grama, Bs As 2024, p.19.
4 Miller, J.-A.: Ibid, p.66