28 de noviembre de 2025

Discurso de la presidenta entrante, Gabriela Grinbaum

Discurso de la presidenta entrante, Gabriela Grinbaum

Amigos:

A los 24 años entré a la EOL, como adherente, claro. Era su fundación.

No pensaba pero para nada entrar al Consejo, mucho menos en ser presidenta de la Escuela.

Se lo dije hace muy poco a mi analista.

Siento que no encajo en ese nombre: Presidenta. Protocolos, formalidades, reglamentos.

Qué mal me llevo con todo eso… Pero algo sucedió.

Sin ingenuidades sé perfectamente qué me trajo hasta acá.

Los analistas le cambiamos el nombre al amor, Y lo llamamos

Transferencia.

El amor viene a suplir el no hay relación sexual. Y entonces nos valemos del amor,

Nos valemos del amor para conducir las curas. Nos valemos del amor para hacer Escuela.

Y los analistas nos servimos de esa suplencia para el trabajo.

Nos valemos de lo que llamamos transferencia de trabajo para reunirnos a hacer un cartel. Y un directorio. Y una secretaría. Y una Lacaniana. Y un Caldero. Y unas Jornadas.

En fin. Para hacer una tarea en la Escuela.

Un análisis es una historia de amor.

Quien ha vivido la experiencia de esperar una respuesta del analista, sabe de lo que hablo…

Ese mail que no llega. Y que se entra al celu y a la compu, por si acaso llegó a la compu y no sé por qué maldita razón no llegó al celu, pero ni al celu ni a la compu…

Es lo más parecido a “La espera” de Fragmentos de un discurso amoroso

Vuelvo a esa carta enviada a mis colegas y amigos de la Escuela. Esa con la que me presentaba a la Asamblea.

Donde les cuento lo que me movió a esa decisión. Y leo, “El psicoanálisis es futuro”.

Y que anhelo una Escuela siempre joven, es decir que se dirija a renovarse cada vez. Que ponga en cuestión lo que cree que sabe.

Una Escuela, dije, más femenina que feminista, pero sin despreciar los movimientos de la época de los que me dejo enseñar.

Una Escuela más femenina, que soporte la falta e invente un saber hacer con ella. Decía allí que como el psicoanálisis es futuro, me interesa el psicoanálisis en la ciudad.

Y que más allá del trabajo en la EOL, siempre encontré que era clave la presencia de nuestro psicoanálisis en el hospital, en la universidad, en fin, el psicoanálisis más allá de los psicoanalistas, el psicoanálisis en extensión.

Y señalé que hoy el psicoanálisis en la facultad no está asegurado como en otros tiempos y que debíamos prestar especial atención allí.

Fue ese un trabajo al que el Consejo consagró gran parte de su libido.

Nos ocupamos de que los miembros de la EOL estén allí en los congresos de la Facultad, dictando conferencias en sus aulas. Y apoyando de diferentes maneras a nuestros miembros que sostienen en la Universidad la transmisión de la enseñanza de Freud y Lacan.

Una novedad este año, por un Psicoanálisis en la ciudad, estuvo la EOL en la Feria del Libro. Iniciativa de la Secretaría del Directorio.

Así como las Jornadas Anuales en la Universidad Pública.

Dije en esa ocasión que apuesto por una Escuela con más transferencia de trabajo y menos amiguismos.

Que recuerde el espíritu del cartel. Sin pegoteos y con causa.

La causa de Jacques-Alain Miller, su orientación que es la Orientación Lacaniana, la Orientación de la AMP.

Así fueron los encuentros cada lunes entre los miembros del Consejo. Y por supuesto conectados non stop permanentemente.

Un Consejo de lujo.

No todo era, para evocar un significante de la época, fluido…

Por supuesto, no pensamos igual, y más de uno tiene un estilo vehemente o pasional, fatalista o exagerado.

Los primeros dos años en el Consejo trabajé con Adriana Laión, Elena Levy Yeyatti, Inés Sotelo y Manuel Zlotnik. Además de Silvia Ons, Ricardo Seldes y Silvia Elena Tendlarz con quienes continúo. Luego de la permutación se incorporaron Alejandra Glaze, Fabián Naparstek, Charly Rossi y Gisela Smania. Hace poco Ricardo tuvo que dejar sus funciones en el Consejo por su designación como Director del Próximo Congreso Internacional de la AMP. En su reemplazo convocamos a Oscar Zack quien ya se ha incorporado al trabajo. También tuve la ocasión de compartir la tarea durante el primer año con Gaby Camaly como directora y durante los últimos dos años con Nicolás Bousoño como director.

Y ahora Irene Kuperwajs, nuestra nueva directora, con quien compartimos desde hace tantos años esta causa y tengo una relación entrañable.

¡Tuve suerte! Un consejo que nos permite trabajar genial.

Impulsamos la práctica del control, al que le dedicamos una noche de Escuela y un Caldero.

Creo que se puso nuevamente, voy a decir una mala palabra: “de moda” el cartel. Mega bienvenida la moda.

Ya que es signo no solo de transferencia a la Escuela, sino de que nos entusiasme lo que no sabemos.

De más está decir que las Jornadas de Carteles tuvieron mucho que ver en todo esto. Sucedió algo que anhelaba en esa carta.

Lo dije así: Una Escuela que respete las experiencias pero que eso no implique silenciarse.

Con miembros y no miembros que se autoricen a decir, aunque no convenga. Con menos formalismos y más enunciación.

Encuentro más intervenciones de diferentes miembros y no de los mismos de siempre.

“No se sabría ser analista sin ser analizante.

“Y no se sabría ser analizante sin transferencia”.

“Que la transferencia a la Escuela sea positiva, facilita sin duda las cosas. Pero que sea negativa no es una objeción.

Estar insatisfecho de su funcionamiento, reivindicativo respecto de su dirección, hostil frente a sus instancias, descontento de sus colegas, no es grave.

Y es quizá incluso lo más común. No por negativa deja de ser transferencia”. Dice Miller: “He aquí la apuesta de la política lacaniana con este título: Cómo se deviene psicoanalista en los inicios del siglo XXI”.

Tener la satisfacción de haber sido parte de La Nueva Política de la Juventud me dio la convicción que es posible incidir en las políticas de la AMP.

Se alzó la voz por los jóvenes,

Por el futuro del Psicoanálisis y las Escuelas.

Por supuesto que fue por ahí que entré a la gestión. Que se me prendió una fuerte causa.

Y que hoy los efectos están a la vista.

Voy a las jornadas de las Secciones y Delegaciones, de las Antenas, al IOM y veo la transformación.

El gusto, el esfuerzo de los colegas por estar allí presentes con sus trabajos y su escucha activa.

Fíjense el retorno de Las noches clínicas, está repleto de jóvenes.

Las noches de la Escuela, rebosan de los colegas de nuestros institutos.

No solo las actividades de la EOL se llenaron de jóvenes reales, digo, por el documento, por las fechas de nacimiento…

¡Nos hemos rejuvenecido todos! Capaz exagero, como siempre…

Me da emoción, me da muchísima alegría.

Me interesa continuar con las “Noches clínicas” para el próximo año. Están repletas de jóvenes.

Reencontrarnos en la Escuela para compartir las dificultades en la práctica hoy.

Por ejemplo, qué maniobras para los analistas frente al rasgo de nuestros tiempos: la desconfianza.

La confianza es uno de los nombres de la transferencia. Cómo instalarla en tiempos de la desconfianza generalizada y la suposición del saber en el sujeto digital y los algoritmos.

Impulsar la conversación en donde nadie le cierre la boca a nadie. Al ras de la práctica.

Seguir avanzando hacia una Escuela federativa y que no se apoye en un “para todos” sino en ser dóciles a las singularidades de cada lugar.

Será fundamental seguir sosteniendo las Jornadas del Psicoanálisis en los Hospitales y quizá incorporar las experiencias de practicantes del psicoanálisis en otros ámbitos como los colegios, en el campo jurídico y en las unidades penitenciarias.

Un desafío: ¿Cómo no ser burocráticos?

Cómo arreglárnoslas en las instancias para orientar pero sin caer en el peor de los pecados: la burocracia y la censura.

No superponer las tareas del Directorio con las del Consejo. Cada instancia deberá asumir la responsabilidad que le compete. El Consejo orienta pero no audita.

Finalmente, el consejo no toma decisiones sin consultar.

La consulta en el seno del Consejo, por supuesto. Pero las consultas también a los que tenemos cerca, a diferentes miembros y no miembros.

Promover el debate cuando no hay acuerdo.

Hablemos más, acérquemonos para hacer saber lo que pensamos, lo que creemos, lo que consideran que no va, que no funciona y lo que marcha y hay que promover.

Sin vueltas, sin temor. Sin ceremonial.

Podemos discutir, disentir, tener acuerdos y desacuerdos y aún así avanzar.

Tenía 24, ahora 59.

Una vida dedicada al Psicoanálisis. Pero quiero más,

Que estemos atentos a que las vanidades no nos invadan.

Recordar que los grupos hacen obstáculo para el avance del psicoanálisis. Dejémonos sorprender y dejemos de sospechar del otro.

Menos trampas narcisistas y más amor al saber. Una Escuela de analizantes.

La política del aggiornamento impulsada por la audacia de nuestra presidenta de la AMP, Christiane Alberti, y por la orientación incansable de Jacques-Alain Miller, nos invitó a ser más rebeldes, menos correctos y más irreverentes.

Estamos más sueltos, más indóciles al amo, más creativos.

El aggiornamento en las Escuelas interrumpió las rutinas, fue contra el aburrimiento. Es absolutamente el espíritu de Lacan, romper todo automaton para empujar a despertar cada vez.

Sin embargo…

No estoy satisfecha.

Por eso asumo esta responsabilidad.

Por el deseo insatisfecho, no dulcificado por la sensación de logro, como poéticamente lo dice Maria Negroni.

“Una vida dignificada por el deseo insatisfecho”, bien vale la pena el esfuerzo.

Gabriela Grinbaum
28 de Noviembre, 2025

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