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La serie, lo serio
Huellas del Trauma
Versiones del trauma[1]
Elena Levy Yeyati
La desconexión del estrés postraumático de la teoría freudiana de las neurosis privó al trauma del contexto necesario para su uso clínico. El acontecimiento traumático, criterio causal que define el trastorno establecido en el DSM-III en 1980, fue correlativo de tendencias que retomaban un empleo extenso del término trauma. Para arribar a esos resultados, además de las luchas en el seno de la American Psychiatric Association, debemos reconocer razones histórico-políticas más amplias. En la creación del trastorno postraumático se reunió una casuística proveniente de víctimas del Holocausto, Hiroshima, desastres civiles, el abuso infantil y a excombatientes de Vietnam.
Entre 1970 y 1980 en los EEUU se dio una etapa de transferencia negativa con el psicoanálisis y una importancia creciente a los estudios culturales. En ese tiempo la ortodoxia psicoanalítica había transformado la frase “ya no creo en mi neurótica” en un dogma: el de la oposición excluyente entre trauma (exterior) y fantasía (interior). Entonces ¿qué creían los analistas acerca de lo traumático? Se criticaron los cambios que Freud introdujo en la teoría de la seducción[2]. La crítica sostuvo que, al desplazar el acento puesto en la crueldad del exterior al escenario interior, Freud había iniciado una tendencia que negaba los problemas reales[3]. Se denunciaba un rechazo de los analistas ante lo real de Auschwitz y el abuso infantil. Los discursos de la memoria, impulsados por un amplio debate sobre el Holocausto, lo convierten en “tropos universal del trauma histórico”[4]. En ese contexto, una comprensión dogmática de la relación entre trauma y fantasía ponía en duda la veracidad de los testimonios de los sobrevivientes, mientras que teorías como las de los autores del estrés postraumático los legitimaba.
Muchos años antes, en 1953, Lacan inauguraba su enseñanza investigando el alcance de metáforas topológicas para cancelar la falsa dicotomía interior-exterior. La Internacional psicoanalítica lo desoía.
Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre
NOTAS