Ana Lúcia Lutterbach Holck

Al situar el final de análisis y la experiencia con lo femenino en el espacio trágico, Lacan –al final del Seminario 7, La ética del psicoanálisis– deja en suspenso las relaciones del deseo con la pulsión de muerte, lanzando preguntas que solo serán consolidadas algunos años mas tarde. La purificación del deseo es tan exitosa que admite la deducción de que, al trasponer un cierto límite, aquel que concluye su análisis, el analista, prescindiría del semblante y el fantasma, y se transformaría en una especie de héroe de lo real…