Volúmenes Temáticos |
Serie de los AE, Anibal Leserre |
La transmisión del pase en la escuela |
Por Aníbal Leserre Presentaré una serie de doce puntos. I Y me parece que esto no es solamente una cuestión de temporalidad. El testimonio a la comunidad implica a la comunidad en el testimonio; el testimonio a los pasadores implica a los pasadores en el testimonio, en una secuencia y en un tiempo, y hay una elaboración de ese encuentro posible. Obviamente está por detrás de esto la experiencia del análisis, y qué es lo que transmite uno. Por lo tanto, el primer punto a señalar, es que la secuencia diferente implica la elaboración posible del encuentro. Y subrayo también que lo conceptual del testimonio no excluye, obviamente, lo singular. II Además, la impresión con respecto a la elaboración que uno puede hacer desde el testimonio, sobre la transmisión del pase en la Escuela, es una parte, porque obviamente están los carteles, sus enseñanzas, lo que produce la nominación, están los efectos de lo que producen las no nominaciones, etc. Está cómo el grupo soporta y toma cuerpo en relación con esa pluralidad de efectos. La impresión que tengo, por el momento, sin tomarlo como una evaluación final, es la comprobación de la tesis de que el grupo analítico trata sus efectos de grupo bajo la forma Escuela. Y creo que es indudable, hay una demostración de hecho de que se está sosteniendo la Escuela, que el grupo puede sostenerla con estos efectos que son las nominaciones, las no nominaciones, etcétera, a los cuales me refería recién. Hay verificaciones colectivas en esta secuencia, aunque son un poco difíciles de aprehender, después de una jornada, o de una presentación, o de una charla. Y no puede haber efectos totalizadores, es decir, no puede haber un efecto que sea para todos por igual: hay efectos. He leído en varios trabajos con respecto a este tema que la relación de la Escuela con los AE no puede ser más que de ambivalencia. Es un punto interesante para el debate. Pero ¿por qué ambivalencia? Tal vez porque está la idea previa de lo que tiene que ser un testimonio, lo que se espera. Y sabemos que nunca lo que se da es lo que se espera. Y también se espera una revelación. ¡En fin! Pero en este tiempo transcurrido desde la nominación a la fecha, no he tenido, si se puede decir así, efectos pesados, densos de esa ambivalencia. Lo que he recibido, han sido comentarios sobre tal o cual punto de lo que he presentado, y he podido hablar con colegas de psicoanálisis por primera vez. Eso me parece un efecto muy interesante y que relativiza la ambivalencia manifiesta de otros. Y recibí comentarios que no aislaban un punto para compararlo con otro testimonio, aunque también los hubo. Me parece que es un problema de estructura la comparación que lleva al punto de analizar los testimonios bajo la idea de un testimonio ideal -un Otro del Otro del testimonio. Me parece que ese es un punto interesante para seguir discutiendo en la Escuela. III Me parece que el pase es optimista en ese sentido, porque pone en juego la relación que no es evidente entre Escuela y transmisión. Concluyo entonces este tercer punto, correlacionando lo dicho a lo que J. Lacan señaló en su "Conferencia sobre el Síntoma" en Ginebra, al decir que el espíritu de la "Proposición" implica el carácter de autenticidad de lo particular que pasa. Pero a su vez marca la imposibilidad estructural de "barrer con la experiencia" (desde donde se escucha). Entonces hay una tensión entre la experiencia -que estaría más del lado de la tradición- y el optimismo, por la posibilidad de la transmisión. Además no está de más recordar que uno de los problemas de la experiencia de la EFP, fue que se convirtiera el procedimiento en un proceso de selección y no de transmisión. Entonces, la invocación a la experiencia por la vía comparativa de los testimonios dados a la comunidad me parece que puede dirigirse a obturar la recepción del testimonio en su secuencia. IV Me parece que la Escuela no puede reducirse a la difusión, pero tampoco puede refugiarse en una pureza abstracta de la experiencia. Entre esos límites para mí está el campo de acción de la posibilidad del testimonio, por ejemplo. Entre esos límites hay que encontrar -y es la responsabilidad del testimonio-, el saber hacer con la transmisión del pase en la Escuela. V El otro punto de este pase para todos, sus implicaciones, es que el testimonio es la transmisión por vía de la enseñanza de una singularidad, y la serie de los testimonios implica la serie de la diferencia de lo singular. Entonces, esta serie está sostenida en la diferencia, y la diferencia me parece que nos puede plantear algo muy interesante: la idea de pluralidad de lo real. Esto necesitaría más desarrollo y lo voy a intentar en las próximas presentaciones. Mientras que la comparación entre testimonios, tiende a nulas las diferencias en pos de un pase tipo. ¿Cómo pensar esto? Una pequeña anécdota: en un momento, en un coloquio-seminario me tocó participar con respecto al tema a través de un comentario sobre una referencia en Lacan a San Agustín, y dialogando con Eric Laurent en la mesa, yo hacía hincapié en el último párrafo del escrito de Lacan, que termina diciendo que la transmisión es de un estilo -en el año 57. Y él decía que sí y que del estilo Lacan luego pasaba a la lógica; y tenía razón. En ese momento yo estaba más implicado con el estilo y no con la lógica. Entonces ¿el testimonio de qué lado está?, ¿de la lógica o del estilo? Lo expreso así: que el estilo no anule la lógica, pero que la lógica no borre el estilo. VI Pero ir del fantasma al más allá del fantasma, es la política del psicoanálisis. Y la verificación y la transmisión de esa verificación es la política del psicoanálisis. Es decir que la política del psicoanálisis es un vector de sentido contrario al vector de la represión. Ahora, lo que se pueda transmitir de dicho movimiento no es una explicación, sino que es -uso una expresión de Eric Laurent- abordar lo real mediante el vaciamiento simbólico. Me parece que no se trata de sostener una hipótesis religiosa de una transmisión como una palabra revelada. Me parece que el psicoanálisis supone a su término otro tipo de revelación. En todo caso, el invento -o lo que llamamos invento- es otro tipo de revelación. No es un nuevo sujeto, sino que es un nuevo estado del sujeto, si podemos decir así. Y Lacan llama de una manera muy singular a este nuevo estado del sujeto, lo llama psicoanalista; y la Escuela puede velar por esto, Lacan no dice debe, sino puede velar por esto, referencia que se lee en la "Proposición..." VII VIII IX Entonces, no hay un todo de la transmisión; hay una incompletud, hay una diferencia, hay otra y otra. Hay una pluralidad de la experiencia. ¿Hay pluralidad de lo real? X Entonces, ¿qué se espera? Se espera una enseñanza, una transmisión bajo la forma de una enseñanza. Ahora, obviamente, la historia del psicoanálisis nos dice que no es necesario terminar los análisis para enseñar psicoanálisis. Entonces ahí tenemos una cuestión interesante y es la relación entre nominación y deseo del analista como función inédita. Porque es realmente diferente pensar al deseo del analista operando solamente con la interpretación en el dispositivo analítico. Y otra, que es la que sostengo, pensarlo como aquello que en última instancia opera en el psicoanálisis, tal como lo define Lacan. XI Me parece que la pregunta sería: ¿la transmisión de esto puede realizarse por fuera del sentido? La consecuencia de esta posición me lleva a tomar -y señalarlos como perspectiva cuatro puntos que subrayó Miller: 1) desde lo simbólico el análisis opera sobre lo real del síntoma en tanto el síntoma es sentido; 2) si lo real y el sentido están totalmente separados, si se excluyen, el psicoanálisis no es nada más que una estafa; 3) ¿cómo incidir a partir de los efectos del sentido en un goce sin sentido?; y 4) quizás existe un efecto real de sentido. XII Hay una política del psicoanálisis, y el deseo del analista es tomar una posición política en el sentido más elevado del término, una política que tenga en cuenta los artificios de Gracián -el silencio, la ausencia y el parecer-, pero también sus opuestos, la palabra, la presencia y en relación con el parecer, que es la muestra de la que habla Gracián, podemos decir: lo que descompleta el testimonio, la muestra que descompleta el testimonio. Termino con esto: si transmitir es contribuir al saber analítico, no me ubico en la certeza de conseguirlo, de lograrlo, pero sí me ubico en la continuidad y en el entusiasmo de seguir intentándolo. Buenos Aires, Abril 1998 |