Volúmenes de las Jornadas | ||||||||||||||
Satisfacciones del síntoma | ||||||||||||||
De la plusvalía al plus de gozar y sus antecedentes | ||||||||||||||
Por María Leonor Solimano El concepto de plus de gozar, homólogo al de plusvalía marxista, tiene su antecedente en el concepto freudiano de ganancia de placer: Lustgewinn. No sólo Marx habla de trabajo y producción sino que también Freud lo hace en relación con el chiste. Por esta razón, el interés de este trabajo es transitar el antecedente en Freud del camino que va de la plusvalía al plus de gozar recorrido por Lacan. Freud, respecto al chiste y su relación con el inconsciente, afirma que la sensación de placer que experimenta el oyente no puede provenir ni de la tendencia ni del contenido del pensamiento del chiste sino de su trabajo. Este trabajo -semejante al trabajo del sueño-, condensación y desplazamiento, tiene la capacidad de provocar en el oyente una sensación de placer. Es una actividad que tiene por meta ganar placer. Freud afirma que se necesitan tres personas: una primera cuenta el chiste, una segunda es tomada como objeto de la agresión hostil o sexual y una tercera en la que se cumple el propósito del chiste que es el de producir placer. Lacan en "Las formaciones del inconsciente" se pregunta sobre el interés de Freud por esta producción de placer, y concluye que en el chiste es necesario para dicha producción una estructura en la que están en juego tres términos: un sujeto, otro y el lugar del Otro que va a funcionar como lugar de sanción respecto de la expresión verbal producida. Y en articulación al chiste menciona el valor de la mercancía en la teoría marxista, valor de la mercancía como este plus en relación con el sentido en la metonimia del cual el juego del fort-da en el niño también es un ejemplo. A la vez fuente primitiva del placer, que nos remite a la adquisición del lenguaje en tanto que puro significante. Para Freud, el placer de desear se rige por una lógica que depende del significante; produce por su funcionamiento mismo, de acuerdo con las leyes del proceso primario algo que Freud califica como ganancia final de placer.[1] Esta Lustgewinn es inseparable de la experiencia de satisfacción; exige, consigue posponerla, renunciar a diversas posibilidades de lograrla y tolerar el displacer en el largo rodeo hacia el placer. Más tarde Lacan la traduce como goce, haciendo la satisfacción solidaria de la pulsión, en tanto que el placer-displacer satisface. Para Lacan, el goce se separa del cuerpo cuando éste, al ser marcado por el significante, deviene lugar del Otro. Recordemos que en el Semínarío 7 el goce es definido como satisfacción de la pulsión. En "La lógica del fantasma", toma de Marx que el objeto del hombre no es ninguna otra cosa que su esencia tomada como objeto. Y que el psicoanalista debe darse cuenta de que lo que del acto sexual crea problema viene del hecho de que en el inconsciente algo funciona como valor de cambio, y que es por el sesgo de su falsa identificación con el valor de uso que es fundado el objeto mercancía. Y agrega: para que podamos nombrar lo que tiene lugar aquí de valor de cambio, a saber, el valor de goce. La llamada al goce se opera mediante el desplazamiento del goce al inconsciente, es decir a la contabilidad. Es en las estructuras elementales del parentesco donde las que circulan son las mujeres; en el orden humano es la mujer el lugar donde se realiza esa falsa identificación que produce el valor de cambio. Ya que si el falo circula es porque la mujer lo representa. La mujer ocupa, en esta ocasión, el lugar de transferencia de ese valor de goce sustraído al valor de uso, bajo la forma del objeto de goce. En el seminario "De un Otro al otro", donde Lacan introduce el plus de gozar, vuelve a insistir en el problema del chiste. Lo que Lacan llamó, en "Las formaciones del inconsciente", "objeto metonímico" o "ruinas metonímicas del objeto" es el antecedente en este seminario del objeto de captación de la recuperación del plus de gozar. El objeto a como plus de goce está preparado especialmente por su estructura para ser lugar de captura de goce. Captura ese plus, ese exceso de goce que es recuperación de una pérdida, de una renuncia previa al goce. Esta renuncia previa al goce está referida a la renuncia al goce del cuerpo, que entraña necesariamente la división del sujeto y el objeto como resto del sujeto tachado. J-A Miller en su último seminario dice que el Witz de Freud inspiró el grafo de Lacan. Habría dos tipos de chistes que corresponderían cada uno a un piso del grafo: el primero, aquellos que reposan sobre el puro juego de palabras, y el segundo, aquellos cuyo juego de palabras sería tendencioso para satisfacer así la pulsión. Y sostiene que lo que Freud llama del principio al fin (de su obra) Lustgewinn... que se obtiene del chiste (...) se manifiesta en el hecho de que uno se pone a reír bruscamente. Lacan considera ese exceso de goce no un problema económico sino de economía política, de ahí la comparación con la plusvalía marxista. Pero la economía política es de discursos, es decir la manera en que el goce circula en un sistema simbólico por la estructura de discurso, porque el a en su función de plus de gozar es lo que permite unificar al sujeto como sujeto de un discurso. La coherencia que da el a como plus de gozar hace a la vez la coherencia de su yo, dándole un asidero particular que lo imaginario viste. El concepto de producción, solidario con el trabajo, implica la transformación de una materia prima: el cuerpo y los medios de producción de goce son los montajes pulsionales. En el Seminario 17, El reverso del psicoanálisis, se perfila una nueva dimensión del goce en relación con los medios de producción. Lacan retoma el saber inconsciente, S2, para ubicar en él un trabajo necesario para la producción del plus de gozar. El inconsciente es el trabajador ideal. Lacan dice haber rendido homenaje a Marx como el inventor del síntoma. Así también nos advierte que el origen de la noción de síntoma no debe buscarse en Hipócrates sino en Marx.[2] Este homenaje se articula al síntoma, que representa el retorno de la verdad como tal en la falla del saber. Y en esto se podría fundamentarla compatibilidad de Freud con Marx. El síntoma en Marx no se reduciría al signo sino que él reconocería una disposición de la naturaleza que sufre las consecuencias de las relaciones de producción, es decir, la verdad de la explotación que la ideología tiene por efecto ocultar. En Freud el trabajo del síntoma no se detiene con su disipación como verdad, ya que hay un real en juego: el grano de arena en tomo al cual el molusco forma la perla.[3] Lacan afirma que "el modo en que cada sujeto sufre en su relación con el goce en tanto que sólo se inserta a través del plus de gozar es el síntoma".[4]- Para concluir: si de trabajo se trata, el trabajo del chiste iría contra el trabajo del inconsciente, ya que el placer procurado por el chiste aportaría a la pulsión un refuerzo que le permitiría levantar el efecto de represión. Es a partir del momento en que la represión es vencida, que uno se encuentra con el placer del chiste y la satisfacción pulsional. Lacan en el Seminario XXIV, "L’insu ... ", hablando de la interpretación nos dice: "Un chiste (...) no se sostiene sino por un equívoco o, como lo dice Freud, por una economía". |
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Notas | ||||||||||||||
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Bibliografía | ||||||||||||||
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