XIII Jornada de la Red2025-06-16T19:28:52+02:00

ARGUMENTO

Parecería que la distinción neurosis- psicosis, no alcanza para dar cuenta de la clínica actual, en la que abundan las locuras, los casos raros, los cuales no se incluyen tan claramente en dichas categorías.

Durante la década de 1936 a 1946, conviven varias versiones o declinaciones de la locura en la enseñanza de Lacan: -La fenomenología de la locura que Lacan construye en sus primeros Seminarios y en su escrito de 1946 («Acerca de la causalidad psíquica«) está ligada a la inflación de la imagen especular. La referencia fundamental es Hegel. Entonces habría una locura normal o estructural inherente al ser humano, vinculada a la alienación del yo, pariente de la paranoia, en una identificación imaginaria sin mediación de lo simbólico. «Que el sujeto acabe de creer en el yo es, como tal, una locura»[1]. Se desprende entonces una consecuencia clínica: «autentificar todo lo que es del orden de lo imaginario en el sujeto es hacer del análisis la antecámara de la locura».[2]

Lacan va a articular muy tempranamente también, libertad y locura. «El loco es el hombre libre»[3]. Sólo es posible considerarse libre siendo loco, sin relación al Otro, cuando en verdad se está amarrado al Ideal.

Se pueden rastrear también otras versiones de la locura en relación al amor como pasión, a la locura religiosa, a la articulación entre locura y paranoia. A partir de los años 70 la locura es la liberación de los eslabones de una cadena. Lacan establece una relación entre las mujeres y la locura, «es por eso por lo que no son todas, es decir, no locas-del-todo»[4]: ni del todo locas, ni locas por el todo.

La originalidad del abordaje de Lacan posibilita pensar la locura por fuera de la psicosis. Una no da cuenta de la otra, se establece una distinción. El concepto de «Locura «se diferenciaba claramente de la estructura de la psicosis siendo pensada esta, como el efecto de la forclusión del significante Nombre del Padre.

De la mano de la última enseñanza de Lacan, arriba una orientación, no tan segregativa. Se incluye a «todo el mundo»:»todo el mundo está loco, es decir, delira«, frase pronunciada por Lacan, el 22-10-78[5], la cual no está orientada por el nombre del padre.

En el argumento para el próximo Congreso de la AMP, Barcelona 2018, Xavier Esqué y Ana Aromí, aclaran que dicha frase «no significa que seamos todos psicóticos sino que todos nuestros discursos son una defensa contra lo real. Esto quiere decir que tomar como guía la singularidad de respuestas sinthomáticas no exime de precisar la diferencia entre neurosis y psicosis[6]……

La orientación por el síntoma en su función de abrochamiento, instaura una perspectiva clínica que no hace del delirio la única vía para la estabilización. Como analistas atendemos entonces a los diversos modos de desenganche con el Otro que no establecen una discontinuidad absoluta entre un antes y un después. De allí la responsabilidad que nos concierne en cuanto a las consecuencias de nuestras intervenciones.

A partir de estas ideas, es que convocamos a nuestros colegas de La Red a presentar a través de casos clínicos (derivaciones de La Red o no), las intervenciones que hayan permitido estabilizar la angustia, hacer oír los efectos de silencio, las puntuaciones, los cortes, las separaciones de las holofrases, las invenciones, las singularidades, las estrategias en la transferencia, que conforman la clínica de hoy, ya sea a modo de solución o de obstáculo.

Graciela Lucci
Claudia Zampaglione

Comisión Organizadora


[1] Lacan J. El Seminario, Libro 2 El Yo en la teoría de Freud y en la Técnica Psicoanalítica, Clase XIX, Editorial Paidós

[2] Lacan, J., El Seminario, Libro 3Las psicosis clase I. Editorial Paidós.

[3] Lacan J., «Breve discurso a los psiquiatras» (1967). Disponible en Internet.

[4] Lacan J, Otros Escritos, pág 566. Editorial Paidós.

[5] Lacan J. » Lacan en Vinncenes», Revista Ornicar? 17/18

[6] Esqué Xavier-. Aromí Anna, «Argumento Congreso AMP Barcelona 2018». EOL Postal

BOLETINES

BOLETÍN # 12025-06-16T19:42:13+02:00

La Previa!!!

En esta oportunidad contamos con las contribuciones de: Silvia Baudini, Angélica Marchesini, Néstor Yelatti

Una misma dificultad, por Silvia Baudini

En La psicosis ordinaria, Miller nos habla de dos puntos de vista:

  1. Una discontinuidad entre psicosis y neurosis, dos clases determinadas.
  2. Una continuidad, dos salidas diferentes a la misma dificultad del ser.

Decir esto es muy impactante, son dos salidas diferentes, y una misma dificultad. Nada más claro para ubicar a la psicosis fuera del déficit, o eventualmente deberemos decir que el déficit es generalizado.

Sigue Miller. Tanto lo francamente psicótico como lo normal son variaciones de la situación humana, de nuestra posición de hablantes en el ser de la existencia, del parlêtre. Ni el psicótico ni el normal son excepciones. Todos iguales frente al goce. Lacan dirá: «Todo el mundo delira».

En el texto de la «Presentación de las Memorias de Schreber», Lacan formula la polaridad del sujeto del goce y el sujeto que representa el significante para un significante siempre otro. Por lo tanto cuando hablamos de la psicosis, tenemos frente a nosotros la dignidad del sujeto.

En la página 232 de los Otros escritos dice que Freud no juzga al loco en términos de déficit y de disociación de funciones, e introduce al sujeto como tal.

Neurosis y psicosis dos modos de respuesta a la misma dificultad.

Respuestas sinthomaticas en neurosis y psicosis, por Angélica Marchesini

Lacan en el Seminario RSI, en la clase del 21 Enero 1975 se refiere a la función de la excepción que hace modelo y hace una salvedad. «Cualquiera alcanza la función de excepción que tiene el padre. ¡Sabemos con qué resultado! El de suVerwerfung o de su rechazo en la mayoría de los casos por la filiación que el padre engendra con los resultados psicóticos que he denunciado».

En este Seminario XXII, se encuentra una de las definiciones del síntoma, no la única: «el síntoma –definido- por la manera en la que cada uno goza del inconsciente en tanto que el inconsciente lo determina.»‘ Esta definición del síntoma en R.S.I, nos muestra su lazo con el goce y con el inconsciente.

Lacan escribe f(x) que corresponde; «f» a la función de goce, real del síntoma; y «x» es «…aquello que del inconsciente, puede traducirse con una letra». La f, como función y las x, son aquellas que vienen a rellenar esa función. La letra es un S1, es un Uno, es una existencia de una (x) que se inscribe respecto de la función fálica. Entonces, existe una (x) que escribe la función del síntoma como función de (x), escribe la existencia del Uno del inconsciente.

En la neurosis, del inconsciente vienen significantes al lugar de la x, que es un lugar vacío, y entonces el síntoma inscribe esa x que toma el valor de cualquier significante del inconsciente.

Cuando decimos, que el psicótico no está fuera de lenguaje, está fuera de discurso, podemos agregar que está fuera del discurso del amo, que es el del inconsciente. Lacan afirma en el Atolondradicho que sólo en la experiencia analítica, el lenguaje del inconsciente se ordena según un discurso. Sabemos que está el inconsciente en estado salvaje, sin análisis y el otro.

En la experiencia analítica se introduce un artificio en el inconsciente al tratar el goce por medio del significante. Y mientras el síntoma es permeable al equívoco significante en la neurosis, la psicosis es insensible al equívoco inconsciente, no echa abono al inconsciente. No fertiliza, puesto que, en el sujeto psicótico, no se introduce, un artificio en el inconsciente para tratar el goce. Pero no por eso, no ha encontrado Lacan, un real del lado de la psicosis. Joyce, ha ilustrado para Lacan, la fórmula del Sinthome: función de goce, desabonada del inconsciente como discurso.

Una razón para que no haya interpretación en las psicosis, por Néstor Yelatti

El sujeto psicótico interpreta. No solo en la paranoia sino también en la esquizofrenia el sujeto interpreta aunque sea de manera ocasional. También en lo que llamamos «psicosis ordinaria». Interpreta el mundo, en el sentido de darle una significación propia, no dialectizable y caracterizada por una certeza, que contrasta con la vacilación neurótica. ¿se puede interpretar la interpretación? Jacques-Alain Miller señala que no por casualidad la palabra interpretación está tomada de la clínica de la psicosis, y que, desde Freud, es necesario diferenciar el delirio psicótico del delirio psicoanalítico. «Lo que salva al psicoanálisis es el Nombre del Padre, utilizado por el analista freudiano para poner un límite al delirio del SSS». Es decir, la certeza de la interpretación delirante psicótica, aparece como un tope a la interpretación del analista dado que desde esta perspectiva no dejaría de ser la confrontación de dos delirios. La condición de la interpretación en las neurosis exige que analizante y analista compartan el mismo, o sea, la ficción edípica. Vale decir que ambos deben ser neuróticos. Verdad que parece de Perogrullo pero que conviene no olvidar.

BOLETÍN # 22025-06-16T19:45:09+02:00

La Previa!!!

En esta oportunidad contamos con las contribuciones de: Olga Molina, Daniel Millas y Pablo Fridman

La clínica del detalle y lo real, por Olga Molina

La invención de lo Real produjo un cambio fundamental en el cuerpo teórico sostenido por el psicoanálisis. En la imágo nacida del estadio del espejo y en el matema del fantasma después, lo real introduce el forzamiento de una nueva escritura y también un nuevo tipo de idea.

Imago-Fantasma-sinthome, es la serie que permite leer ese pasaje.

La inclusión de lo Real conmueve y abre a un campo de investigación clínica en el terreno de las psicosis que permite leer los signos y síntomas que presenta en sus detalles, en sus desarraigos, en sus tropiezos con lo real.

En cada una de las conversaciones del Campo freudiano planteadas para investigar los casos raros de la clínica primero y los frecuentes después, surgieron signos y síntomas inatribuibles al binomio neurosis- psicosis. Si la psicosis es el desorden en la juntura más intima del sentimiento de la vida en un sujeto, la psicosis ordinaria va demostrando en las formas que toma la externalidad con la que se la presenta, que ubicar los signos ínfimos de forclusión nos permite situar y operar sobre una clínica nacida de pensar como conviene la forma que toma la defensa de cada sujeto ante lo real que lo determina.

Una fórmula contundente, por Daniel Millas

En la Conversación de Arcachón Miller señala que así como generalizamos la forclusión es preciso generalizar el Nombre del Padre. Para este fin propone el Punto de Basta. El PB generaliza el NP, caracterizándolo como un aparato que hilvana y engancha. Este abordaje pone de relieve la diferencia entre una clínica estructuralista, en la que el NP constituye el rasgo distintivo, y una clínica borronea.

Para remitirse a esta última, Miller propone simplemente la siguiente fórmula: PB sí o no. Se establece entonces la oposición PB o nebulosa, aclarando que existe entre ambas una gradación que debe ser investigada.

Algunas consecuencias que se desprenden de esta elaboración:

  • En primer lugar, la generalización del NP no implica un abandono de la clínica estructuralista, sino una reconsideración del NP en su función de regulación del goce.
  • Lo que eventualmente opera como Punto de Basta introduce una dimensión temporal, es decir, que no se puede prever durante cuánto tiempo ese recurso de suplencia puede cumplir con su función.
  • No podemos asegurar entonces que lo que llamamos psicosis ordinaria no devenga en algún momento, a partir de una determinada contingencia, una psicosis claramente desencadenada.
  • Por lo tanto se tratará de privilegiar en nuestra práctica las diversas modalidades de abrochamiento entre los semblantes y lo real, con el fin de evitarle al sujeto una crisis que lo abisme en una mortífera fuga del sentido.

El analista concernido en la psicosis, por Pablo Fridman

Es importante no perder de vista que el encuentro con la psicosis, que Lacan ejemplifica en un psiquiatra que lo consulta en su consultorio, es angustiante…, en la medida en que ese psiquiatra está profundamente involucrado, inevitablemente involucrado. Si no se siente así, es porque «se protege de este involucramiento», si se permite esta expresión; y se protege interponiendo entre él y su psicótico un cierto número de barreras protectoras, informes, etiquetas…, «etiquetándolo como una especie, entre otras, de curioso coleóptero, del que hay que rendir cuenta, así, en su estado natural.» Luego Lacan señala que este «estar involucrado» no es forzosamente un afecto, aunque toma la forma de la angustia, no es un impulso, y no supone una reacción inmediata, que de todos modos no resolvería nada. No se trata de suplir con la voluntad generosa del terapeuta aquello que se presupone como lo que le falta a la psicosis, no se trata de reemplazar allí eso que pareciera que no hay, Fundamentalmente porque al psicótico no le falta nada, y esto es lo primero que nos dice.

Lo que angustia en la psicosis, es la separación del objeto voz del significante propiamente dicho. La voz no es soporte de la cadena significante, emerge como objeto voz (objeto a) que no deja de ser invocante, pero en este caso de un modo especialmente descarnado. Desde esta perspectiva se puede pensar al psicótico como un sujeto «libre». Está liberado de la cadena significante, y esto es lo que provoca la angustia de los neuróticos, en la medida en que de este modo se presentifica lo real como una amenaza. Al no contar con el auxilio de ningún discurso establecido, la presencia de lo real es apabullante, deja en inermidad al que encarna esa emergencia de lo real y también al que esta allí como testigo.

Se trata de que aquellos que escuchan al psicótico respondan desde otro lugar que no sea desde esta misma angustia, que puede tomar, de acuerdo al síntoma de cada uno. la forma de una posición autoritaria, o quizás también maternal. En ambos casos se presupone que el terapeuta sabría cuál es el «bien»: hacia donde se debe dirigirse, que es aquello que conviene y de que debe protegerse al sujeto.

BOLETÍN # 32025-06-16T19:43:26+02:00

La Previa!!!

En esta oportunidad contamos con las contribuciones de: Marisa Chamizo y Nieves Soria

 

¿Algo nuevo en la psicosis ordinaria?, por Nieves Soria

Propongo una hipótesis en la investigación de las psicosis ordinarias: que se trate de estructuras subjetivas no constituidas alrededor del Nombre del Padre ni de su rechazo forclusivo (P0). No se trataría en este caso de estructuras que van hacia el desencadenamiento, aunque sí encontramos en ellas la ausencia de Nombre del Padre, con la consecuente ausencia de significación fálica. Que no haya metáfora paterna no sería en estos casos indicio de un rechazo forclusivo sino de una simple ausencia en la estructura, de allí que prevalezcan en esta clínica el vacío, la desorientación, la errancia, la labilidad en las nominaciones e identificaciones, el polimorfismo sintomático sincrónico o sucesivo y una deslocalización fundamental del goce.

Seguramente esta jornada sean una ocasión para interrogar esta hipótesis, así como también las invenciones de nuestros colegas en las tácticas de sus intervenciones y las estrategias de la transferencia, es decir, las distintas maniobras con que los practicantes del psicoanálisis llevamos adelante la política del psicoanálisis como una apuesta siempre nueva a la función de la palabra.

Locuras y transferencia, por Marisa Chamizo

Hay locuras y locuras, alguna son el resultado de una psicosis, otras no. Hoy en día no es tan fácil ni tan rápido arribar a un diagnóstico. Son casos raros, difíciles que nos plantean permanentemente la orientación en relación a la dirección de la cura.

La psicosis ordinaria, nombre que J. A. Miller eligió para los casos raros, los inclasificables, nos provee de una cantidad de elementos para orientarnos en un terreno de investigación.

En la práctica cotidiana con locuras difíciles de tratar, me interesa especialmente la pregunta por la transferencia.

¿Qué uso podemos hacer de la misma desde nuestra posición? Es otra forma de preguntarnos por la dirección de la cura en los casos en que la suposición de saber al analista no está en juego, por lo menos, de entrada.

Eric Laurent en «Interpretar la psicosis» es muy preciso al respecto dice: «Apuntamos a obtener un efecto de detención». Lo mismo podemos decir para las neurosis desencadenadas, obtener un efecto de detención en el delirio neurótico.

Leonardo Gorostiza , en la interlocución con Laurent, lo dice así: «…en cierto modo esa orientación en la cura coincide con la cura en la neurosis…apuntar a que el sujeto se reencuentre con aquellos significantes primordiales donde se ha abrochado su goce y a partir de los cuales, en la neurosis , ha organizado el delirio edípico».

En ambos casos se trata de detener la expansión del delirio con las herramientas de las que dispongamos en cada caso.

Comisión organizadora de Jornadas

  • Graciela Lucci
  • Claudia Zampaglione

Presidente de la Red de la EOL

  • Luis Tudanca

Secretaria Ejecutiva

  • Walter Capelli – Vicepresidente
  • Mirta Berkoff
  • Veronica Carbone
  • Mónica Gurevicz
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