La función de las identificaciones recorre el psicoanálisis desde los albores en Freud en su «Proyecto de una psicología para neurólogos» [1] hasta las últimas enseñanzas de Lacan. Podríamos resumir su función diciendo que van al lugar de la ausencia de identidad consecuencia de la división del sujeto.
Consideradas por Lacan en un principio como un mixto simbólico/imaginario, se plantea que es en la asunción de la imagen del Otro, sostenida en el Ideal, que se precipita la vivencia del «yo soy». Lacan lo subraya: «las primeras elecciones identificatorias del niño […] no determinan otra cosa […] que esa locura gracias a la cual, el hombre se cree hombre» [2]
Más adelante ser o tener el falo será la respuesta a la búsqueda de una identidad sexual. Pero en este punto las identificaciones muestran su insuficiencia , nadie sabe lo que es ser hombre o mujer.
Con la invención del objeto a comienzan los esfuerzos por articular significante y goce, lo encontramos en las operaciones de alienación-separación Un primer movimiento en toda identificación es la alienación a los significantes del Otro. A cada proceso de identificación y de su pasaje por ella le corresponde un proceso de separación del objeto de goce que había sido velado por la vertiente de la alienación.
En el Seminario RSI [3] Lacan investiga las tres identificaciones freudianas a partir del nudo borromeo y avanza en su propósito. Establece una correspondencia entre el redondel de lo real con ese padre que se pronuncia «soy lo que soy», el redondel de lo simbólico con la identificación al rasgo unario que remite al padre que nombra y el redondel imaginario con la identificación al objeto a como objeto del deseo del Otro (histérica)
La puesta en funcionamiento del dispositivo del pase lleva a Lacan a modificar su expectativa de alcanzar un vacío identificatorio final. A pesar de su caída las identificaciones, siguen estando ahí y será indispensable pasar por ellas para poder pasar de ellas [4]
Es por eso que el analista desde su posición estará atento para distinguir en qué casos se trata de hacerlas caer, en qué casos no conviene socavarlas, o incluso, cuándo habrá de promoverlas.
Atento también a los avatares de la época en la que vive. En esta época de ideales flacos habrá que ver cómo se las arregla cada sujeto para identificarse a lo más singular de si mismo dejando de lado las identificaciones universalizantes
En este sentido, observamos en la era de la globalización la promoción de colectivos reunidos en base a modos particulares de gozar -mujeres que aman demasiado, fóbicos anónimos, tribus urbanas de jóvenes, etc. Estos son agrupamientos que hacen del plus de gozar una identidad, un ser, con su correlato de segregación de lo diferente. ¿Podemos pensar entonces que hoy en día existe un empuje a la identidad como respuesta a la fragilidad de las identificaciones.?¿Qué hacer hoy en la clínica con esta proliferación de identidades?
Invitamos a los colegas a trabajar las identificaciones en los casos clínicos y sus destinos en la cura. Poner sobre el tapete cómo el encuentro con un analista puede interpelar el goce que las comanda.
[1] Freud,,» Proyecto de una psicología para neurólogos» Obras Completas, Vol I,Ed Ballesteros , Buenos Aires.
[2] Lacan J, «Acerca de la causalidad psíquica», Escritos 1, Siglo XXI, Buenos Aires
[3]Lacan J, El Seminario, libro 22, RSI, inédito
[4] Bassols M, La imposible identificación del analista, El Caldero Nº26
Exclusivamente para colegas miembros de la RED de la EOL
- En Times New Roman 12, 4000 caracteres con espacios dobles.
- Fecha presentación abstract: 12 de junio de 2018
- Fecha límite presentación trabajo final: 19 de junio de 2018.
- Las identificaciones en las estructuras clínicas
- Mutaciones en la función NP, sus efectos en las identificaciones
- Pluralización de las identificaciones sexuales
- Del «falo un poco flaco» de Freud a la dinámica actual de la identificación al falo
- Elecciones identificatorias en el niño
- Comunidades de goce, segregación y violencia
- Realidad virtual y avatares
- Freud Sigmund, Psicología de las masas y análisis del yo Cap VII La identificación. Obras completas Tomo XVIII Pag 99. Editorial Amorrortu.
- Freud Sigmund, Totem y Tabú Obras Completas. Tomo XIII Editorial Amorrortu
- Freud Sigmund Duelo y Melancolía Tomo XIV Obras Completas. Tomo XIII Editorial Amorrortu
- Lacan, J. «El Estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal como nos revela la experiencia psicoanalítica» Escritos 1 Bs.As. Ed. Siglo XXI1985
- Lacan, J. «La agresividad» Escritos 1 Bs.As. Siglo XXI 1985
- Lacan, J. «De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis» Escritos 2 Bs.As. Siglo XXI 1985
- Lacan, J. «La dirección de la cura y los principios de su poder» Escritos 2 Ed. Siglo XXI Bs.As.1985
- Lacan, J. «Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre le psicoanalista de la Escuela» Otros escritos Bs.As. Ed Paidós 2012
- Lacan, J. Seminario 9 La Identificación inédito
- Lacan, J. Seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis Paidos Bs.As. 1992
- Lacan, J El Seminario 17 El reverso del psicoanálisis Bs.As. Paidós 2017
- Lacan, J Seminario 22 RSI Inédito
- Lacan, J Seminario 24 Inédito
- Miller, J.A. Los Signos del goce Bs.As.Paidós1998
- Miller, J.A. Del objeto amado a la identificación Cuando el Otro es malo Bs.As. Icdeba-Paidos pp 115-120
- Miller, J.A El lugar y el lazo Bs-As. Paidós 2012
- Laurent, E Las paradojas de la Identificación Bs.As. Colección Orientación Lacaniana 1999
- Laurent, E. «Impasses de la Identidad que se escapa» Lacan Cotidiano Número 644 (Selección de artículos) http://www.eol.org.ar/biblioteca/lacancotidiano/LC-cero-644.pdf
- Bassols, M. «La imposible identificación del analista» en El Caldero de la Escuela Número 26 año 2017
- Bassols, M «¿Con qué se identifica Ud?» en Desecrits 26/9/2015 http://miquelbassols.blogspot.com.ar/2015/09/con-que-se-identifica-usted.html
El par «Identificaciones y lazo social» orienta las contribuciones de Daniel Aksman, Lisa Erbin y Ana María Zambianchi que les acercamos en esta oportunidad.
Daniel Aksman
El Significante de la identificación, encargado de insertar al sujeto en el discurso del Otro, se ha trastocado, ha mutado y ello obedece a que el orden Simbólico ya no es el mismo. Y justamente es en las Identificaciones donde más se pone en juego la relación con el Otro. Esta mutación introduce necesariamente modificaciones sustanciales en las identificaciones e incluso, desde la perspectiva clínica, nos induce a pensar en «crisis» o incluso en «patologías» de las identificaciones o en nuevos síntomas articulados al lazo social.
Por otro lado, las identificaciones aparecen como en oposición a las pulsiones dado que mientras en las identificaciones se trata de la relación al Otro, en las pulsiones se trata de la satisfacción en el propio cuerpo. Es decir que el Otro aparece como el medio a través del cual el sujeto puede gozar de su propio cuerpo. No se goza del cuerpo del Otro sino del propio cuerpo o del propio fantasma.
Entonces cabe la pregunta de cómo se inserta un sujeto en el lazo social cuando lo que impera no es el significante del Ideal, el de la tradición, sino el plus del gozar que comanda el imperativo de nuestra época.
La jornada de la RED de la EOL será una excelente oportunidad para relevar como se juegan las identificaciones y como se construyen los nuevos modos de la lazo social bajo el cenit del objeto a.
Lisa Erbin
El Significante de la identificación, encargado de insertar al sujeto en el discurso del Otro, se ha trastocado, ha mutado y ello obedece a que el orden Simbólico ya no es el mismo. Y justamente es en las Identificaciones donde más se pone en juego la relación con el Otro. Esta mutación introduce necesariamente modificaciones sustanciales en las identificaciones e incluso, desde la perspectiva clínica, nos induce a pensar en «crisis» o incluso en «patologías» de las identificaciones o en nuevos síntomas articulados al lazo social.
Por otro lado, las identificaciones aparecen como en oposición a las pulsiones dado que mientras en las identificaciones se trata de la relación al Otro, en las pulsiones se trata de la satisfacción en el propio cuerpo. Es decir que el Otro aparece como el medio a través del cual el sujeto puede gozar de su propio cuerpo. No se goza del cuerpo del Otro sino del propio cuerpo o del propio fantasma.
Entonces cabe la pregunta de cómo se inserta un sujeto en el lazo social cuando lo que impera no es el significante del Ideal, el de la tradición, sino el plus del gozar que comanda el imperativo de nuestra época.
La jornada de la RED de la EOL será una excelente oportunidad para relevar como se juegan las identificaciones y como se construyen los nuevos modos de la lazo social bajo el cenit del objeto a.
Contar con una marca, por Ana María Zambianchi
La identificación hace posible dos hechos fundamentales de la cultura humana: la vida psíquica y el lazo social. No es un principio evolutivo, ni orgánico, ni genético, sino un principio de carácter psíquico, que opera de manera individual pero siempre a partir de la relación con el Otro.
Es a partir de situar una posición en el lugar del Otro que en el sujeto se inscribe una marca allí donde nada había, es decir que a partir de esa imagen, rasgo, marca que viene del Otro se empieza a contornear un vacío preámbulo del objeto.
Es desde ese lugar Otro donde se constituye, es desde una exterioridad, desde otro lugar que desea. Se dice que toda identificación es patológica e imprescindible, patológica porque mortifica lo vital, porque tiene que ver con hacer lugar al trauma de la lengua que hace del organismo un ser-hablante, imprescindible porque sin ella, sin ese rasgo que viene del Otro, en el que me cuento y me cuenta no se está en el universo del discurso.
La identificación no hace identidad, construye una respuesta posible pero no da consistencia. El vacío es estructural, lo hace vulnerable al sujeto respecto del saber sobre su goce, ya que este queda oculto tras el ideal. Son las identificaciones las que nos advierten a nosotros analistas de las modalidades de goce de cada época
Hoy nos encontramos atravesados por una crisis de la identificaciones, hay una proliferación de identidades liquidas, identidades que se evaporan, pasajes de una comunidad de goce a otra, sujetos sin arraigo.
¿Hace cambiar nuestra práctica? ¿Qué hacemos los analistas?, ya que como dice Miquel Bassols, es necesario contar con ellas para luego hacerlas caer.
Arreglos, inventos, sostenimiento, intervenciones son las que esperamos escuchar en estas jornadas y que reflejan el quehacer del psicoanalista hoy.
Queridos colegas, en esta segunda entrega, Irene Greiser y Esteban Kleiner comparten sus consideraciones sobre la pluralización de las identificaciones. ¡Buena lectura!
Pluralización de las identificaciones sexuales, por Irene Greiser
Un giro biopolitico en relación a los cuerpos se pone de manifiesto en la actualidad. Una variedad de elecciones a nivel de lo que se denomina identidad sexual se nos presenta promovida desde enunciados tales como «yo soy» y «mi cuerpo es mío» congruente con el individualismo contemporáneo. En materia de identidad sexual, las alianzas entre el discurso médico y jurídico posibilita el cambio de sexo.
Muchos quieren ser mujer, otros convertirse en hombres, cambiarse de nombre, vestirse de mujer. El menú fijo heterosexual dio lugar al menú a la carta.
La pluralización de esas nominaciones: gays, lesbys, drags, trans pone de manifiesto cómo detrás del relativismo democrático que pregona «el sé tú mismo» paradojalmente se impide al sujeto elegir. Los padres por no encarnar esa funcion particularizada de un deseo dejan al sujeto liberado a su indecisión: no le imponen ni el rosa ni el celeste y esto viene acompañado de una banalizacion del sexo.
La época freudiana de la complacencia somática quedó atrás, hoy se impone un rechazo del cuerpo que se tiene.
¿Qué respuesta desde el psicoanálisis?
Para un analista la identidad no es lo mismo que la identificación. Nadie es idéntico a sí mismo: identificación y sexuación no son sin el lazo al Otro. Desde Freud sabemos que la anatomia no es el destino, pero también que esa diferencia sexual anatomica debe ser leída por el sujeto. Por ello Lacan hablo de sexuación, elección sexuada del sujeto y modalidad de inscripción en relación al goce, que nunca es sin las marcas que le vienen del Otro.
Perspectiva, por Esteban Klainer
Cada vez más asistimos en lo social, pero también en nuestra clínica, a la proliferación de nuevos significantes que intentan nombrar las transformaciones que se van produciendo en la sexualidad. Nos vamos encontrando con una pluralización de propuestas identificadoras en las que un sujeto podría anotarse. Frente a esta «novedad», ¿cómo no quedar, nosotros, enredados en esa ampliación aparentemente infinita de la paleta de colores?
Lacan en su última enseñanza nos abre un horizonte de respuesta con su última noción de síntoma y la pregunta alrededor de lo que quiere decir ‘tener un cuerpo’. En efecto, en muchos casos que recibimos (la clínica con sujetos trans lo muestra particularmente) se puede escuchar que esa multiplicidad de identificaciones no se refiere tanto a asuntos de elección de objeto ni de sexuación, sino a las dificultades y fracasos en el armado de un imaginario corporal consistente. Interesarnos en los avatares, arreglos y desarreglos en la constitución de la imagen corporal implica un cambio de perspectiva en nuestra clínica. Nueva perspectiva que abre la última enseñanza de Lacan.
Respuestas actuales a la caída del Nombre del Padre
Esta vez, Carmen González Táboas y Adrian Scheinkestel comparten sus lecturas del «estado de las cosas» y sus consecuencias para el psicoanalista de la orientación lacaniana.
Carmen González Táboas
Con gusto traigo a la Jornada de la Red una operación de lectura, la misma que practico en mis libros.
En El envés de la biopolítica, Eric Laurent habla del borramiento de los grandes relatos identificatorios y de la multiplicación de las pequeñas historias que evidencian las paradojas del individualismo democrático de masas. Este vínculo social nuevo, en efecto, basado aparentemente en un hedonismo aliviado de las exigencias de otras épocas, ya no produce alegría de vivir. El cuerpo no responde, escindido como está entre los goces privados autorizados y los imperativos cada vez más apremiantes de convertirse uno en su auto-emprendedor. Para conseguir un hedonismo al fin feliz, nos repiten machaconamente.
Debemos leer. Notar que E. Laurent habla de una sociedad europea que no es la nuestra. En toda esta América afro indo luso hispana, nacida de la cita fallida entre culturas en el siglo XV, están lejos de ser posibles las democracias hedonistas donde triunfan sin más el individualismo de masas y los autoemprendedores de sí mismos. Tampoco se nota el borramiento de los grandes relatos identificatorios. Dicho esto, no olvidemos el reciente imperativo milleriano en el año cero del Campo freudiano a los analizantes practicantes del psicoanálisis de la Orientación lacaniana: «irrumpir en la plaza pública», «incidir en la vida política». Eso no podría suceder sin estudiar el estado de las cosas, según tiempos, culturas y lugares.
Adrián Scheinkestel
Cada vez más asistimos en lo social, pero también en nuestra clínica, a la proliferación de nuevos significantes que intentan nombrar las transformaciones que se van produciendo en la sexualidad. Nos vamos encontrando con una pluralización de propuestas identificadoras en las que un sujeto podría anotarse. Frente a esta «novedad», ¿cómo no quedar, nosotros, enredados en esa ampliación aparentemente infinita de la paleta de colores?
Lacan en su última enseñanza nos abre un horizonte de respuesta con su última noción de síntoma y la pregunta alrededor de lo que quiere decir ‘tener un cuerpo’. En efecto, en muchos casos que recibimos (la clínica con sujetos trans lo muestra particularmente) se puede escuchar que esa multiplicidad de identificaciones no se refiere tanto a asuntos de elección de objeto ni de sexuación, sino a las dificultades y fracasos en el armado de un imaginario corporal consistente. Interesarnos en los avatares, arreglos y desarreglos en la constitución de la imagen corporal implica un cambio de perspectiva en nuestra clínica. Nueva perspectiva que abre la última enseñanza de Lacan.
El falo en cuestión
Queridos colegas, el último boletín les acerca las contribuciones de Silvia Bermudez, Gabriela Grimbaum y Ernesto Sinatra alrededor del falo y sus vicisitudes
¡¡¡Nos vemos el sábado 30 de junio a las 9 hs!!!
Empuje a las identidades en la infancia trans, por Silvia Bermúdez
El empuje a las identidades es un signo social de época como respuesta a la fragilidad de las identificaciones, empuje que encubre y vela los enigmas de la sexualidad e interviene sobre lo real del cuerpo.
La experiencia del psicoanálisis nos muestra que la vida sexual de los seres hablantes es una invención absolutamente singular, aun cuando los ideales normativos intenten descalificarla y ocultarla. Este es uno de los problemas que puede suscitarse con la Ley de Identidad de Género en los niños.
Género y sexuación en los niños resuena como un oxímoron. Las leyes ligadas al derecho son necesarias para establecer un orden social, intentan regular los modos de gozar. A su vez se produce una tensión paradojal entre ley y goce, género y sexuación, puesto que no hay una ley natural que normativice el goce de los parlêtres.
Si la evaporación del padre se puede poner bajo la rúbrica de la segregación ramificada tomando su relevo lo social como nudo, qué lugar cabe para la invención singular en los niños nombrados trans cuando lo que se impone es el género auto percibido.
Identidad/es que enmarco – tal como lo plantea Lacan – como «un nuevo orden de hierro», y será ese deseo del Otro lo que señala a su crío ese proyecto que porta el «nombrar para».
Recorto un sesgo orientador de La significación del falo cuando Lacan refiere que «el falo permite la instalación en el sujeto de una posición inconsciente sin la cual no podría identificarse con el tipo ideal de su sexo». Se trata de la instalación en el sujeto, sujeto dividido, de una posición inconsciente que no es sexuada, sino que abre la posibilidad de la identificación. Identificaciones que abren y enmarcan el campo de lo simbólico. El falo en tanto simbólico, si esto falla viene a su lugar la identidad, el simulacro y la literalidad.
Los niños como objeto de goce de la familia y la civilización, corren el riesgo de ser una mercancía manipulable e intercambiable si no se los escucha respetando lo íntimo de su cuerpo, lejos del murmullo del Amo y en su singularidad. Es un modo de ejercer la función de intérprete en la discordia de los lenguajes.
De rosa, por Gabriela Grinbaum
Ser el falo es la fórmula que Lacan va a dar como deseo del neurótico. «Ser el falo aunque sea un falo un poco flaco».
Es la fórmula general pero ubica el rasgo singular, aquí La bella carnicera. Como en mi caso podríamos decir «ser el falo original».
La castración es desde Freud hasta el ultimísimo Lacan la piedra nodal del psicoanálisis. Recordemos que Freud dividía a los sujetos en las polaridades de tener o no tener el falo.
El descubrimiento de la castración es un punto de viraje en el desarrollo de la niña. Freud en su artículo «Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica» , dice: «Se siente gravemente perjudicada, a menudo expresa que le gustaría tener también algo así, entonces cae presa del penisneid que deja huellas insondables en su desarrollo». Desde ahí se dibujan los desenlaces posibles. Uno es la inhibición sexual o neurosis, otro es el complejo de masculinidad y por último la feminidad normal que implica la maternidad, compensatoria de la castración.
Me pregunto si podríamos ubicar en mi caso –siguiendo estos lineamientos freudianos- el complejo de masculinidad.
Freud dice a propósito de ella: «la niñita se rehúsa a aceptar el hecho de su castración, se afirma y acaricia la convicción de que empero posee un pene, y se ve compelida a comportarse en lo sucesivo como si fuera un varón».
Voy a recordarles mi recorrido en los testimonios respecto a este punto.
Las tontas eran las de rosa.
Las tontas querían bebés y vestir muñecas.
Las tontas van a la peluquería y se hacen tratamientos de belleza.
Las tontas se maquillan y se lastiman los pies con esos tacos altos.
Las tontas hablan poco y bajito.
Se trataba de una contraidentificación a la madre y una temprana decisión de forjarme un semblante que fuese el reverso de ella.
Extremadamente tímida, correctísima, silenciosa, casi buscando que nadie repare en ella. Por supuesto, ella de Sra K, nada para mí.
Respondo a mi pregunta, el complejo de masculinidad que Freud plantea implica una renegación de la castración y al mismo tiempo es una solución, es una solución frente al agujero. Esa de ninguna manera fue mi solución, no hubiese tenido que pasar por todo este rollo de 28 años de análisis si hubiese sido mi solución.
Además, si había algo en mí de la posición femenina era la audacia en tanto que nada que perder.
Sí, en cambio, se trató de una identificación viril, identificación que sin embargo no alcanzaba para dar respuesta a mi pregunta por lo femenino, mucho menos para encontrarle una solución.
Con el inconsciente freudiano, la castración era una salida imaginaria al enigma infantil sobre las diferencias anatómicas de los sexos. Con el «no hay relación sexual», Lacan ubicó la disyunción entre hombre y mujer frente al goce.
Era allí, en torno al goce, que el análisis era el escenario que iba a permitir aislar la letra del síntoma en su separación con la palabra que le da sentido.
Identificaciones líquidas ⇒ Adicciones sólidas, por Ernesto Sinatra
Las drogas -en su empuje autoerótico- hacen cada vez más evidente la inexistencia de la relación sexual, y la repetición infernal del consumo con la proliferación de nuevas substancias no hace sino incrementar esa inexistencia: a más drogas, menos relación…Se instala así una paradoja: en el agujero de la no relación se infiltra la substancia tóxica para hacerla existir: el flash parece lograrlo, pero eso dura solo un instante. Por eso la repetición se instala entre el goce evanescente del flash y el posterior sentimiento de vacío de la falta del tóxico: he ahí el fracaso de la droga pero –además- ¡su éxito!
Es en esta vía que podemos indicar la existencia de un nuevo tipo de identificaciones que acompañan en nuestra época el declive del nombre del padre. Ellas sustituyen la indeleble marca de la castración por marcas en el cuerpo a fuerza de drogas a la medida del consumo, por tatuajes y piercings diseminados en la superficie del cuerpo; lo que el nombre del padre no marcó con el lenguaje, retorna desde lalengua con drogas e insignias diseñadas por la industria que se adhieren al cuerpo evidenciando la faz de goce de toda identificación. Estas identificaciones líquidas son la contrapartida de las adicciones, sólidas. O –también– la solidez del goce que las adicciones condensan, no va sin la fragilidad simbólica de las identificaciones en el tiempo en el que las tecno-ciencias, oficiando para el mercado de consumo, reniegan de lo perecedero.
Comisión organizadora de Jornadas
- Diana Dukelsky
- Silvina Rojas
Presidente de la Red de la EOL
- Diana Wolodarsky
Secretaria Ejecutiva
- Mirta Berkoff – Vicepresidente
- Daniel Aksman
- Lisa Erbin
- Ana Maria Zambianchi