En la época victoriana reinaba el discurso del amo, moral civilizadora represiva en que Freud hace su aparición. En la época del Otro consistente el síntoma se presentaba en su faz de mensaje, inconsciente transferencial que se ofrecía a ser develado. En palabras de Maleval: «cuando el nombre del padre sabía decir la verdad del síntoma, su núcleo de goce permanecía enmascarado.”

¿Qué inconsciente en la época actual? El Otro ha perdido consistencia, el nombre del padre se ha evaporado. El capitalismo, formulado por Lacan como discurso en 1972, hace su aparición con las consecuentes incidencias sobre la subjetividad: no hay barra que haga del límite al goce, se destrona el lugar del S1 en la civilización, con la consecuente pérdida del punto de fijación (…)