Un paso dado
Por Daniel Millas

1- Ausencia
La comisión de garantía se funda en una ausencia de reglas estandarizadas que regulen la formación analítica. Se asume así que no hay una garantía significante que proceda del Otro.

No se garantiza entonces que el analista propuesto por la comisión es un analista, sino que se ha constatado que su formación procede de la Escuela. Por lo tanto, una designación de AME es cada vez una prueba de que la Escuela cumple con su responsabilidad de formar analistas.

Esta ausencia de modelo es la que nos lleva a orientarnos por los efectos de formación producidos a lo largo de un recorrido. De considerar la singularidad que se manifiesta en el estilo de cada uno, pero teniendo en cuenta la importancia de el lazo establecido con lo colectivo.

Los efectos de formación se destacan como mutaciones subjetivas generadas por acontecimientos que han tenido consecuencias en el practicante. Encuentros contingentes, que no están programados, ni que tampoco se producirán necesariamente. Queda así expuesta la imposible ambición de que el saber domine la singularidad de una experiencia.

Si de acuerdo con lo expresado por Miller el primer principio de política lacaniana consiste en no ceder ante lo real en juego en la formación,[1] se trata de considerar el acuerdo obtenido entre ese real y los semblantes de los que se ha servido y se sirve el practicante para tratarlo.

2- Innovación
Entiendo que esta perspectiva es la que rige las innovaciones realizadas durante este año por la Comisión de Garantía.

La posibilidad de entrevistar a quienes fueron propuestos en la comisión, así como las consultas realizadas con el analista y los controles, permite disponer de valiosos elementos para cernir los efectos de formación producidos en los recorridos que fueron indagados. Importa acentuar también los efectos que del control se manifiestan no solo en su práctica sino en la transmisión que de ella se produce en la Escuela.

Estas innovaciones constituyen un esfuerzo para pasar de la suposición, a partir de determinados datos, a la corroboración lograda con estos nuevos procedimientos.

Aquí tenemos la oportunidad de diferenciar la discreción del secreto.

La discreción del trabajo de la garantía no quiere decir trabajar encerrados en el secreto y el misterio. Se trata en cambio de exponer el interés de la Escuela por la formación analítica al propiciar una nueva modalidad de conversación con algunos de sus miembros.

3- Trasmisión
La comisión de garantía no se limita entonces a convalidar una presunta información, sino a alojar la enunciación del colega invitado a tomar la palabra en la entrevista realizada. Que la enunciación prevalezca sobre los enunciados otorga un privilegio a la trasmisión que allí puede producirse. Trasmisión que bajo el régimen de la contingencia excede los datos que pueden disponerse.

Con esta brújula me dispuse a escuchar a quien me tocó entrevistar este año.

También es preciso señalar la importancia de la trasmisión que se realiza dentro mismo de la comisión, a partir de los intercambios con quienes han realizado otras entrevistas. Contar además con los comentarios provenientes de los analistas y de los controles, da lugar a una conversación en la que se dispone de elementos más adecuados para lograr acordar quienes serán los colegas propuestos a la Comisión América.

Me preguntaba mientras escribía estas líneas porqué tardamos tantos años en dar este paso. No tengo una respuesta precisa, pero considero que el paso dado constituye un efecto de formación que recae sobre la Escuela misma. La Escuela sujeto, tal como la propone Miller en su "Teoría de Turín sobre el sujeto de la Escuela" [2], al señalar que en una Escuela todo responde al orden de la experiencia analítica.

Efecto de formación que encuentro también presente en las nuevas políticas que anudan hoy la admisión, la garantía y el pase. Es decir, de los semblantes que se implementan hoy en esas políticas para tratar el real en juego en la formación.