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Textos presentados
Comisión de Garantía

AME: cifra irónica
Por Silvia Ons

"El analista no se autoriza más que de él mismo, eso va| de suyo. Poco le importa una garantía que mi Escuela le da bajo la cifra| irónica de AME", dice Lacan en la "Nota italiana",[1] a propósito de| un grupo que no puede proporcionar esa garantía. Sabemos que Lacan piensa el| pase como el momento en el que el analizante deviene analista. Pero, ¿cómo| ceñir ese momento, si tenemos en cuenta que también afirmó: "Si hay alguien que| se la pasa pasando el pase, ese soy yo?"[2] Tal aseveración indica que| un analista no se produce de una vez y para siempre, es decir que Lacan considera| un tiempo vinculado con la repetición, y que esto mismo implica una| temporalidad diferente a la judeo cristiana, de la cual, a veces el mismo| psicoanálisis no termina de liberarse. ¿No llama acaso Miller "pastoral" a la| pretensión de que lo simbólico capturase lo real dándole a esta pretensión un| carácter religioso?

Precisemos: el analista no se produce por si mismo ya que| más bien es producido y cada vez, es decir nunca de manera consumada. Respecto| a su propio análisis, pasándosela pasar el pase. Respecto a sus analizantes,| surgiendo como efecto de las consecuencias de su acto que siempre y a| posteriori lo producen, y nunca para siempre. No hay garantía que selle de una| vez y para siempre al analista, la|| Escuela garantiza que el analista que se autoriza de él mismo| ha surgido de su formación. Es el fantasma el que como axioma nos conduce a| esperar lo prefigurado por su molde, "es un fantasma –dice Millar– creer que la| palabra hace la cosa, que lo simbólico sea adecuado a lo real […], simbólico| sólo está asociado a lo real por el fantasma, en tanto sugestión de lo| imaginario".[3]

Estos principios son los que sostienen que la nominación| AME sea una cifra irónica. La ironía se opone a la pastoral y al sacramento| pero también al cinismo. El cinismo rechaza el semblante mientras que la ironía| no lo desacredita sino que lo acredita en su condición de agujereado por lo| real. La ironía socrática prolegómeno de la mayéutica se funda en que la| palabra no dice la esencia de la cosa de ahí el desarrollo del diálogo, la| ironía socrática lo causa. Dije antes que la ironía se opone al sacramento ya| que este apuntaría a tener un valor real y no de semblante. Miller exclama: "¡qué| lindo sería que el pase no fuera un sacramento!"[4] Y agrega: "si lo| digo de esta forma irónica, es porque estalla la evidencia de lo que hace del| pase un sacramento". Y en lo relativo al AME podríamos parafraseándolo decir: ¡qué| lindo sería que el AME no fuese el oropel del analista consagrado¡ ¡Qué lindo| sería que a los AE les correspondiese como afirma Lacan "el deber de la| institución interna que somete a una crítica permanente la autorización de los| mejores". ¡El analista se autoriza por su acto que tampoco es suyo ya que se| mide por las consecuencias. Hay horror al acto, por estructura, acaso la ironía| tiene la función de recordarlo.

En sus últimos seminarios Lacan se refiere a un tiempo| real, un tiempo no es el simbólico que es el tiempo contado, numeral izado,| tampoco es el imaginario, que es el tiempo vivido, sino el tiempo como real, es| decir el tiempo que se opone al para| siempre.

 
 

Notas

  1. Lacan, J., (2001) "Note italienne", en Autres écrits , Paris, Editions du| Seuil, p. 307.
  2. Lacan, J., "Sobre la experiencia del pase", en Ornicar?, Barcelona, Ediciones Petrel, p.| 39.
  3. Miller, J.-A., Curso 2006-2007, clase del 6-6-2007| (inédito).
  4. Miller, J.-A., (2011) Sutilezas| analíticas, Buenos Aires, Paidós, p. 156.