La EOL 20 años después |
1° CONVERSACIÓN: "¿Cómo se forman los psicoanalistas en la EOL 20 años después" Boletín N°8 Diana Paulozky, Un cambio de posición ¿Cómo será la escena del sábado? No habrá lectura de textos. Trataremos con eso de evitar la partición expositores-público que muchas veces aplasta la circulación de la palabra. Conocemos ese efecto . Será un instante de ver y también de escuchar en que estamos. Esperamos también escuchar nuevas voces al lado de las de siempre. En fin, para citar a JAM citado por Leonardo en el Boletín n°1, intentaremos saber como se dice hoy en nuestra Escuela esa "conjunción inédita entre lo estrictamente analítico y lo institucional" MT
Un cambio de posición Lo que fundamentalmente, para mí, ha cambiado en estos años es que la formación hoy no está centrada en :"¿ Qué quieres decir con lo que dices?", sino en " ¿Cuál es tu posición en lo que dices?" Mientras una pregunta remite a la articulación significante, la otra, la de la segunda clínica, apunta al goce. Lo que ha cambiado es que los analistas, uno por uno, dan cuenta de su relación al inconsciente y eso tiene efectos tanto en la clínica como en la comunidad. Diana Paulozky
Reflexiones De la práctica analítica surge el psicoanalista. Sobre ese punto estamos todos de acuerdo. Sobre el punto que habría que ponerse de acuerdo es que las variaciones de la práctica producen también variaciones del producto: en nuestro caso, del psicoanalista. ¿Qué relación hay entre dicha constatación y lo que va a ser el objeto de nuestra conversación en la EOL? Si la Escuela analítica no es una Iglesia, el orden que la constituye está ligado directamente a las variaciones de la práctica (donde se forman los analistas) y a un real, producto de esa misma práctica, que siempre se presenta como pequeños trozos del mismo (en el pase particularmente). El control se ve lógicamente afectado por las modificaciones de la práctica. Las consideraciones anteriores me llevan a interrogar si nosotros, nuestra Escuela, hemos medido, pesado, las incidencias de estas modificaciones en la concepción actual de la Escuela psicoanalítica. Pienso que esta reflexión es necesaria a los efectos de concebir la Escuela analítica del siglo XXI. Damasia Amadeo de Freda
La formación analítica y la Escuela Es la experiencia analítica lo que Lacan pone en el centro de la formación, y que Miller llama la zona éxtima, y es allí donde se posibilita la transformación, o la "deformación" que experimenta el deseo neurótico como fundamento del deseo del analista. En la medida que ha horadado el cristal de su fantasma, y que el goce de su síntoma no contamine su acto, es que el analista, sostenido por su deseo, podrá ocupar el lugar vacío que enlace al analizante. Es la razón por la que el análisis de un analista no se reduce a volver su mundo más vivible, aunque también se trate de eso. Lo que diferencia a la orientación lacaniana de las otras, es precisamente esa falla en el saber, ese real que atraviesa y orienta la formación del analista, y que necesariamente incluye a la Escuela, al modo de las escuelas antiguas, definidas políticamente, es decir, por el estilo de vida de la ciudad. En ese sentido, Lacan indica que para que la Escuela merezca ese nombre, debe ser algo donde se debe formar un estilo de vida. Entiendo que es por eso que Miller incorpora al trípode freudiano de la formación del analista "la inmersión en la Escuela". Una Escuela que encuentra su fundamento en el agujero que escribe el matema S(A/). Es lo que constituye la dimensión clínica, política y epistémica del pase, términos que se articulan al final del análisis, en el momento de la producción de un analista, un analista producido por su propio análisis. Es la experiencia del pase la que verifica la existencia uno por uno de los analistas, y la que polariza la cuestión de la formación. Si el psicoanálisis es un estilo de vida comandado por la ética del bien decir, y el estilo de vida es la modalidad de goce de cada uno, ¿cómo se enlaza ese modo particular de goce a la Escuela? ¿qué lugar hoy, el de la Escuela, en la formación de los analistas, uno por uno? Ana María Gallegos
Un efecto de escuela Olga Molina
Formación y la presentación de casos En mi formación ocupó un lugar destacado la lectura y el trabajo sobre historiales freudianos, comentarios que hace de ellos Lacan, así como también de sus casos, presentación de enfermos, etc. En la Escuela encontré un lugar y me orientó a que pudiera reconocerme en este rasgo y que una parte de mi participación en la misma estuviera centrada en la presentación de casos. Laurent en El Sentimiento Delirante de la Vida sitúa la presentación de un caso como "el modo de trasmisión más usual entre nosotros para verificar los efectos de formación". En el mismo texto se refiere a la experiencia analítica y dice "…existe cierto grado de terror en la interpretación". La trasmisión de un fragmento de la cura también tiene algo de esto, lo que hace que a la hora de la presentación-exposición a veces nos escondamos en los enunciados escamoteando nuestra intervención. Estar advertidos, ¿alcanza? Ana Larrosa
"Qué psicoanalista queremos?" Hoy la época es otra, distinta. Siempre lo es. Todas las épocas son nuevas con coyunturas propias que conviven con planteos que las preceden desde antaño. Para los analistas de hoy, los que la época necesita, habrá que crear o incorporar nuevos dispositivos?. Se tratará de renovar, actualizar los que son viejos?. Seguramente ambas cosas. Sea como fuere uno, otro, ambos en El Banquete Miller nos orienta en casi todo el texto estableciendo y recordando algunos aspectos, caracteres que deberían tener los analistas del futuro, de hoy, de ayer. La primera condición de un analista de todos los tiempos entonces la enuncia así: "el analista debe ser primero analizado" (…) es en el fondo una de las reglas del banquete de los analistas". Agrega: "cuando una práctica es verdaderamente seria se hace carrera de ella" (…) y el orden de su carrera es primero su análisis". Miller es claro en el punto de partida. Es uno y no lo dispensa la Escuela, sin embargo alguna relación a ella siempre tiene. La Escuela recibirá los efectos, las consecuencias del transcurrir de un analista en análisis. De hecho es algo que se puede escuchar claramente en los testimonios de los AE. Tenemos entonces como instancia estable de la formación lo que está presente desde el principio, lo que es antiguo pero actual: el análisis personal. Paralelo al análisis, entrecruzándose con él se va ubicando la formación que la Escuela brinda con las modificaciones y ajustes que la época propone. Condiciones tenidas en cuenta en las propuestas políticas que brujulan y que se materializan por ejemplo en el eje de las jornadas que están en consonancia con la práctica analítica actual. Entiendo estas actividades como productos de una interpretación que la Escuela realiza como táctica para responder en cada momento de coyuntura al malestar de la época. Es lo siempre actual, siempre nuevo traducido en la política de la Escuela en movimiento. Escuchar los testimonios de los AE Gustavo Stiglitz, Silvia Salmann, Luis Tudanca en Córdoba en los que cada uno expuso el proceso para encontrar su singular modo de estar, de pertenecer a la Escuela. Cada uno rodeó el agujero de la formación, del ser del analista, desde sus experiencias personales y la elaboración de saber que de ellas hicieron; dando forma singular a lo que para cada uno significa ser analista hoy. Esos testimonios hicieron en mí la pregunta de Miller en El Banquete: qué psicoanalista queremos?. Pregunta que responde a lo largo del texto y que me condujo también a una conferencia titulada La Comunidad Analítica (en Conferencias Porteñas 2) en la que precisa ciertos rasgos del analista en la Escuela. Elabora en estos textos indicaciones claras que encuentro muy atinadas para tener en cuenta y me dan la posibilidad de comenzar a pensar y hacer hacia la conversación propuesta. Habla en esos textos de: un psicoanalista que sea capaz de salir de la soledad de su consultorio, que no se conforme con ser un buen practicante, que sea un trabajador del psicoanálisis y para el psicoanálisis; es decir que esté dispuesto a dar un paso más y se atreva a dejar la vestidura que viste su función (de saber supuesto) y se anime a "abrir la boca" exponiendo el saber que tiene alrededor de la hiancia qué es un analista? Olga Carrión. |