Psicoanálisis y sociedad |
Entrevista a Marie Hélène Brousse |
NEL- Debates Los días 21 y 22 de abril del año en curso, la Sede Nel Caracas contó con el extraordinario trabajo desarrollado por Marie Hélène Brousse durante la realización del III Seminario Internacional "Las respuestas lacanianas a las mutaciones de la clínica del sujeto hoy". Un día antes de su partida fue entrevistada por Boris Muñoz para el diario "El Nacional". A continuación, la entrevista: Siete Días Parafraseando al psicoanalista Jacques Lacan, Marie Hélène Brousse cree que la multiplicación de barreras y fronteras en el mundo es la responsable de un escenario mundial marcado por nuevos integrismos comunitarios y hasta vecinales que hacen proliferar los conflictos. Brousse señala que los autoritarismos y mesianismos a la orden del día son sólo un síntoma de las querellas civilizatorias que se ocultan en la globalización. Marie Hélène Brousse, psicoanalista de estirpe lacaniana, vino a Caracas con el objetivo de hablar sobre los cambios en la familia contemporánea. Sin embargo, el alto vuelo de sus conjeturas iba mucho más allá de este tópico. En su charla, Brousse mantuvo en vilo al público que la escuchaba fascinado y algo perplejo, mientras ella tejía conexiones entre la globalización y el Holocausto, el fundamentalismo científico y la ética, la revolución y la libertad. Durante nuestra conversación, una tarde de sábado en una terraza desierta, Brousse tocó estos temas sin ocultar en ningún momento que ella no es una opinóloga, sino una analista. "Lacan decía que, con tantas vidas que el psicoanalista debe escuchar, nadie puede ocupar su lugar sin tratar de comprender la subjetividad de su época. Tenemos que dar cuenta de los cambios de nuestro tiempo. Por eso tenemos que preocuparnos de lo político, de lo económico, lo biológico". — Usted lanzó una frase que me impactó mucho: "Cada quien elige su campo de concentración". Es una paradoja cuando pensamos que la globalización ha universalizado cierta idea de igualdad en la diferencia. Aunque no se cumplan a plenitud, es difícil negar que los Derechos Humanos y la democracia son, sino cumplidos a cabalidad, universalmente reconocidos. Igualmente es difícil negar que la economía se ha ampliado a escala mundial. Sin embargo, la universalización no ha acabado con las fronteras que antes eran asumidas esencialmente por los Estados o las clases sociales, pero que hoy parecen ser la consecuencia de las escogencias de los individuos mismos. Ejemplo de ello, no es que actualmente exista la prohibición explícita de que los negros vivan en determinada urbanización, como sucedía con los judíos en el siglo XV, sino que hoy la segregación de la población negra tiene que ver con un factor económico pero también con la idea de agruparse para reforzarse como comunidad con una identidad propia. El movimiento de auto segregación viene entonces a desempeñar el papel de contrapeso de la universalización. Mientras más universal la cultura, más particular será la elección de grupo. — ¿Esos particularismos no se generan a partir del contrapunto con sectores de la sociedad que son ampliamente discriminadores? Pienso en la relación entre blancos de clase baja y negros en los Estados Unidos. Pero ellos buscaron su barrio que funciona como un nicho de identidad no sólo geográfico, sino de cara a los estilos de vida, los gustos culinarios y hasta la literatura. Entonces cada vez se confunde más la identidad con aquello que en el psicoanálisis llamamos un modo de goce. Esto no solamente implica lo que consumimos o disfrutamos, sino aquello que nos permite auto designarnos mediante un tipo de interés que proporciona satisfacción. — ¿Cuáles son las implicaciones sociales de la segregación auto generada? Quiero añadir que esta forma de segregación no reemplaza la segregación por el otro, es decir, por quien ejerce el poder de segregarnos. —La pregunta de fondo es si Francia, la cuna de las grandes ideas ilustradas, como libertad, igualdad y fraternidad, ha sido alguna vez una nación de veras integradora. Lo nuevo no es que haya grupos distintos con una identidad fuerte, sino que comparten un territorio donde la segregación no implica un lugar particular. En una ciudad pueden vivir distintos grupos que hablan lenguas diferentes y que se excluyen mutuamente. Esto es lo que Jacques Lacan llamó una multiplicación de barreras y fronteras que se entrecruzan, lo que implica una posibilidad de confrontación cada vez más frecuente. Los musulmanes y los chinos También se planteó el modelo anglosajón de la minoría. Pero resulta que ninguno de los dos funciona. Además, la comunidad musulmana es proselitista, tiene la idea de convertir a todo el mundo al Islam. Según algunos musulmanes toda Francia debería ser musulmana y punto, lo que supone un uso de lo comunitario para fines de conquista. Lo que no es el caso de otras comunidades, como la china. Son un gueto, pero van a la escuela sin problemas y hacen con las leyes francesas lo que les da la gana, pero sin alboroto, participando fuertemente en el desarrollo económico e intelectual de Francia. Esto nos interesa a nosotros los analistas porque representa un conflicto entre lo uno y lo múltiple, es el fin de la antigua autoridad patriarcal. —Si, se ha insistido en que la aldea global era el campo de lo múltiple, pero lo que usted plantea hace pensar en escenarios apocalípticos como la lucha de civilizaciones. —Bueno, yo soy el periodista, así que pienso en las preguntas. —Eso tiene varias formas de verse. Antes no salían a la luz estos conflictos porque había grandes autoridades hegemónicas que reprimían en gran escala, llámense Stalin, Hitler, Hussein. Eso se ha disgregado en la actualidad. Tampoco es un partido de fútbol en el que cada gol a favor de un equipo significa una pérdida para el contrario. En Francia tenemos el juego de los insectos, las gallinas y los zorros. Se juega en tres campos simultáneamente y supone la búsqueda del equilibrio de fuerzas. Por ejemplo, si las gallinas se comen todos los insectos, proliferan los zorros. De modo que no se pueden comer todos los insectos, tiene que pensar que para eliminar al predador debe preservar a las presas. Es un juego de suma cero. El mercado mundial se parece más a ese juego que a lo que pasa entre Estados Unidos e Irak. —Al acabar con Saddam Hussein proliferaron los problemas y enemigos. — ¿Cuáles son esos significantes? —Aquí va a suceder igual en las próximas elecciones, pero va a ser la centro izquierda la que lo usará. — ¿Cuáles son esos problemas? El significante amo —Sí, pero desde el punto de vista social... ¿Qué papel desempeñan el mercado y el Estado en la organización social hoy? — ¿No hay salida? —Se refiere al terrorismo, a las protestas de los jóvenes y la alterglobalización. —Diría que las sociedades están buscando frenar su avance a través de la represión. —Pero, en ese contexto, Bush sería un síntoma de la contrarreforma después de tiempos de liberalismo como la era Clinton. Esto mismo podría extrapolarse al caso de Osama Bin Laden, otro síntoma que invoca el integrismo. — ¿Qué se puede esperar de esa contradicción? — ¿Cómo es eso? "A medida que lo biológico es más conocido, se hace evidente que la familia no está relacionada para nada con lo biológico. Lo decía Lacan en los años treinta: Las nuevas estructuras familiares Lo decía Lacan en los años treinta: la familia es una estructura simbólica y social. El objetivo de la familia es la transmisión de los bienes y de los valores". De acuerdo con Brousse, todas estas formas acarrean cambios de valores que ahora cuesta prever. "Antes, los niños se introducían a la diferencia a partir de la diferenciación sexual hombre-mujer. Ahora no. ¿Cómo va a funcionar la diferencia? Puede que la forma de diferenciación se haya desplazado a las diferencias de las identidades. Todavía no hay suficientes casos clínicos para adelantar una hipótesis sobre lo que va a venir. Pero la gente que fue adoptada por homosexuales, al igual que la gente que nació a partir de técnicas de reproducción asistida, van a analizarse y entonces los analistas vamos a saber". Mayo 08, 2006 |