La serie, lo serio

Troumanos: invenciones y arreglos singulares

Lo que queda del traumaΣ al final del análisis[1]
Silvia Mizrahi

Lo que deviene traumaΣ en la vida de un sujeto, los modos de interpretarlo y tratarlo y lo que queda de él transformado por el trabajo analítico, es una de las principales enseñanzas que nos dejan los testimonios de AE.

Lalengua traumatiza en tanto un fuera de sentido singular, experiencia de goce que afecta al cuerpo por lo adquiere un valor estructurante. El trabajo de la neurosis se consagra a dar sentido a lo imposible de significar y en una vía de elaboración del trauma por medio del síntoma.

“Todos inventamos un truco para llenar el agujero (Trou) en lo Real. Allí donde no hay relación sexual eso produce “troumatismo”.[2]

Para el psicoanálisis importa la respuesta que da el sujeto a eso que es contingente. Decisión insondable. Ahí se localiza lo más singular, el modo en que cada uno respondió a ese agujero traumático y el goce que de dicho encuentro se habrá fijado para siempre.

El testimonio de I. Kuperwajs[3] permite ver la articulación entre el trauma y lalengua. Lo que es traumático es retomado con una palabra nueva que hace irrupción en lalengua y que permite después construir la neurosis. Ese “espamodesollozo”, tratado a lo largo del análisis en términos de retener el aire, el grito, el llanto, es el trauma que fija el goce al silencio, dando lugar al síntoma de “callar”. Todo su testimonio sigue el hilo de la huella del silencio; en el trauma, en el síntoma, en los sueños, en el fantasma hasta “recuperar su propia voz”. “Hablar, con la voz más suelta” deviene el sinthome que se nutre de algunos restos: un estilo discreto y un espasmo sonoro que toma el cuerpo: “Un espasmo habitado por un silencio vital que resuena”. Al final se trata de constatar que “ese saber depositado es un depósito traumático” por lo tanto resta “hacer pasar al sujeto por el agujero de lalengua”[4].

L. Tudanca testimonia del “eco de lalengua en el cuerpo” [5]; sonidos guturales, gritos, risas, trozos de sin sentido circunscribieron “la orilla del trauma” y dejaron su marca en el cuerpo, de las que extrae tres elementos que constituyeron su neurosis, una oreja, un grito y una risa. Luego del recorrido analítico quedan esos mismos tres elementos, pero depurados. Al decir de E. Laurent: “Resto sintomático sin padecimiento.” [6] Lo depurado es el acontecimiento de cuerpo extraído de la maquinaria edípica, del cual se libera un goce para otro uso, un nuevo uso del goce para la vida, disponible para hacer de esas piezas sueltas otro trazo, un estilo, en consonancia con el sinthome. “El trauma deviene eso, lo que “habla” con el Uno, en el cuerpo, de la “no relación sexual”[7]

En el final del análisis surge como testimonio “una satisfacción de la que hay que decir que es, pues no se demuestra.” [8]

Cada AE dice de eso que queda en singular, de cómo el análisis “restituye en su desnudez y fulgor los azares que nos llevaron a diestra y siniestra”[9], y de cómo una vez que la relación con el sinthome se vuelve satisfactoria, se ha re-suelto el traumaΣ.

Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre