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La serie, lo serio
Troumanos: invenciones y arreglos singulares
Trauma y fenómeno elemental[1]
Juana Posse
¿Cómo sería el estatuto de un goce que irrumpe y se vuelve trauma? ¿Debe ser en sí mismo “traumático” o cualquier irrupción de goce puede devenir en ello?
No hay una universalidad de lo traumático para el psicoanálisis. No hay en lo traumático un “para todos”. Para Freud la noción de trauma remite a un acontecimiento, no a un hecho. El acontecimiento separa un antes y un después. Se vuelve trauma cuando dicho acontecimiento perturba un orden previo y no se asimila.
Aquello relatado en análisis, eso que un sujeto ubica como marcando un antes y un después en su vida, no necesariamente es “la catástrofe” que lo contextualiza, sino un detalle. Ese detalle puede volver insistentemente en los sueños, en el discurso y, probablemente luego, en la interpretación que el sujeto puede hacer del mismo. El analista, con su interpretación, habrá hecho que ese detalle no pase desapercibido.
En la psicosis, el detalle puede tener la forma de una demanda que se vuelve enigmática y frente a la cual el sujeto no puede dar respuesta. Durante el transcurso del análisis, el sujeto le dará al mismo una interpretación más o menos delirante que justificará subjetivamente la singularidad de sus rarezas y complicaciones en la vida. El suceso trágico será sólo el marco de la verdadera tragedia.
Lo traumático es un encuentro contingente con lo real. Frente a un hecho de índole catastrófico en el cual un sujeto se enfrenta a un nuevo acontecimiento, a un nuevo encuentro con lo real, puede la perplejidad aparecer como primera respuesta. Este nuevo acontecimiento contingente, trágico y disruptivo, requerirá un nuevo recurso que articule una defensa: el entramado de una argumentación delirante que encuadre, límite y apacigüe el efecto del goce que este acontecimiento arrastró. Este argumento delirante justifica y ordena todo lo que le acontece. Este efecto estabilizador del delirio no se perturba en un análisis, sino más bien, se lo sostiene en tanto funcione como tal para el sujeto.
Entonces podríamos pensar que un acontecimiento traumático en la psicosis tendría un estatuto similar al del fenómeno elemental. Pero… no sólo en la psicosis, ya que el sentimiento de extrañeza frente al acontecimiento traumático también se experimenta en la neurosis, con su respectiva incubación de argumentación delirante posterior. En este sentido y frente al trauma “todo el mundo es loco, es decir, delirante”.
Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre
BIBLIOGRAFÍA
NOTAS