La serie, lo serio

Troumanos: invenciones y arreglos singulares

Nuevas intervenciones[1]
Clara Medina

Con el aislamiento social se inicia el interrogante de cómo pensar la clínica psicoanalítica mediada por los gadgets. ¿Cómo intervenir a través de los dispositivos que se introducen en el espacio de la sesión analítica, teniendo en el horizonte que los mismos son objetos que ofrece el mercado tratando de taponar la castración?¿Cómo producir un intervalo en esta cotidianidad de los sujetos en análisis o en entrevistas?

Si pensamos el lazo social dentro de los cuatro discursos, ¿cómo pensamos el lazo en la conexión virtual? ¿pseudo discurso capitalista? La virtualidad se pone de manifiesto con la constitución misma del Yo. La idea platónica de la existencia de una realidad iluminadora en contraposición a un mundo de imágenes engañosas dentro de la caverna queda sin sustento. Entendemos una realidad compuesta por apariencias y no confundimos realidad con el registro de lo Real en el psicoanálisis lacaniano –que se entrelaza e interrumpe en el trauma.

El lazo virtual cambia la perspectiva entre tiempo y espacio. Lo público y lo privado ha perdido su delimitación clara. Para la sesión, los pacientes inventan su espacio: cocheras, autos, baños o una caminata para estar “a solas” hablando con la analista. Para Miller: “De alguna manera, un análisis consiste en escuchar la radio(…) El análisis es el operador que permite escucharse a sí mismo por la radio en directo.”[2]

Entonces, ¿cómo intervenir? Pensamos los gadgets en tanto sustitutos del objeto a proporcionados por la ciencia y que podrían llegar a ser síntomas para el sujeto. Son las letosas, en tanto objetos articulados con el cuerpo, donde más allá de la verdad, se articulan con lo real, dando la idea de cómo algo de lo vivo se deposita en ellos. Puede auspiciar tanto de suplencia como también como algo enloquecedor.

Advertir ello permite tener la intensión para que la sesión no quede reducida al goce del blablabla y que no se produzca una desconexión de la palabra con el cuerpo. Pensar las intervenciones en el orden de prender o apagar la cámara, realizar una llamada telefónica, utilizar un objeto portátil o uno de escritorio permite analizar qué se privilegia y/o se evita en cada caso. Analizar en la singularidad la versión del objeto a en tanto causa de deseo o como plus de goce.

Para Lacan no hay progreso: añorar el pasado es una nostalgia al Nombre del Padre y destacar esperanzadamente el futuro tampoco puede ser una salida posible a estar a la altura de la época.

Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre