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Trauma

La serie, lo serio

Troumanos: invenciones y arreglos singulares

Letra, trauma y Autismo[1]
Camila Candioti

La relación singular entre letra y trauma, lleva a preguntarnos por el caso particular del autismo. El trauma de lalangue a nivel de la letra, recorta e imprime -a una vez- los primeros detritos. Litura, tachadura, residuos de goce en el cuerpo que se cristalizan, y constituyen el germen del lenguaje. El trauma de la letra o letra como primer trauma, ¿cómo pensarlo en el autismo?

Vino a mi, un recuerdo. El obsequio de una librería muy conocida de Italia (La Feltrinelli). A modo de promoción, regalaba una toalla de playa que decía: “lettore: nome comune di persona libera”. Preciosa invención! El acto de leer, sinónimo del estatuto de ciudadano. El acceso a las letras de la mano del sujeto de derechos. La lectura como afirmación del ser hablante.

¿Qué ocurre en el autismo? Se sitúa en un tiempo anterior a lalangue, allí el sujeto se congela[2]. Los autistas de alto rendimiento usan el lenguaje. No hay allí letra, ni par significante[3]? Quizá, haya cierta huella rudimentaria, invariante, singularísima, que permite arribar a una lengua propia. En el otro extremo, el autismo precoz infantil, presentifica la forclusión del agujero[4] que remite a la cara más real del goce. El “sentimiento delirante de la vida[5]” está ausente, un viviente desafectado, que no hace cuerpo.

La inexistencia del balbuceo, distingue al autista. Las fonaciones jaculatorias no se producen, quedando el sujeto detenido[6]. El pasaje de lalangue al lenguaje no ocurre, aunque hable.

La perspectiva del signo[7] es fructífera. El signo se asocia de modo rígido a la cosa. Esbozo simbólico, que opera cierta extracción del excedente de goce mortífero. Se dispondría –así- de un puente, fijo, primario, pero posible, a partir del cual el autista construye su mundo.

Finalmente, el autismo nos afecta a todos. Para el psicoanálisis no hay especialidades, además, las categorías en juego, enseñan acerca de la naturaleza del ser hablante. Me pregunto: ¿el autista está en un traumatismo permanente al no inscribirse la letra que perfora un pleno de goce, o al no inscribirse el trauma vive en un real insoportable? En definitiva, en la clínica del autismo –y en general-, se trata de saber captar cuál es la solución en cuestión.

Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre

NOTAS

  1. Dupla: Camila Candioti- Gustavo Slatopolsky (responsables)
  2. Lacan J., “Conferencia en Ginebra sobre el síntoma”, Intervenciones y textos 2, p. 134, Bs. As.: Ed. Manantial, 2001.
  3. Lacan, J., “Lituratierra”, El Seminario, Libro 18: De un discurso que no fuera de semblante, p.110, Bs. As.: Ed. Paidós, 2009.
  4. Laurent, E., “Los autistas, sus objetos y sus cuerpos”, La Batalla del autismo. De la clínica a la política, p. 81, Bs. As.: Ed: Grama, 2013.
  5. Laurent, E., “A modo de Prólogo: Entrevista a Eric Laurent”, El sentimiento delirante de la vida, p. 11, Bs As: Ed: Colección Diva, 2011.
  6. Lacan, J., “La tópica de lo imaginario”, El Seminario, Libro 1: Escritos técnicos de Freud, p. 164, Bs. As.: Ed. Paidós, 2006.
  7. Maleval J-C., “Primacía del signo”, El autista y la voz, p. 163, Barcelona: Ed. Gredos, 2018.