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La serie, lo serio
Troumanos: invenciones y arreglos singulares
Saber hacer con el trauma[1]
Ana María Gallegos
La introducción del concepto de parlêtre ha marcado una inflexión en la enseñanza de Lacan. Al sujeto del inconsciente que procede de lo lógico puro, de dimensión ontológica, Lacan le va a proveer un cuerpo afectado por la resonancia de la palabra. Esto equivale a decir que el hombre tiene un cuerpo, un cuerpo hablante, un cuerpo que es el instrumento con el que el hombre habla[2]. “Hablo con mi cuerpo, y sin saber. Luego, digo siempre más de lo que sé”[3].. Y la pulsión es el modo en que el cuerpo le hace resonancia, es el eco en el cuerpo del hecho de que hay un decir[4]. El hecho de ser hablante ya lo implica sexuado, afectado por el trauma del choque de la lengua con el cuerpo, por el encuentro con el agujero en lo real de la no relación sexual.
En el seminario 21 Lacan dice que allí donde no hay relación sexual, eso produce “traumatismo”(troumatisme), un agujero en lo real. Y allí todos inventamos un truco para llenar el agujero, inventamos saberes”[5]. Y agrega que “uno” connota bien el goce -sería lo que “hay”, el exceso- y que “cero” quiere decir que “no lo hay”, lo que falta.
Esto es desplegado por Laurent en tres tiempos lógicos: “Hay una emergencia de goce, un ‘eso se siente’ que es el traumatismo, que es un impacto de goce que se escribe como síntoma sobre la superficie del cuerpo abarrancada por las nubes significantes. Luego, una palabra pasa al decir”[6], pero como lo propio del decir es existir respecto de todo dicho, “no puede atrapar el tiempo primero sin equívoco, por lo tanto, sin saberlo”, y el trauma queda así captado en el hiato irreductible entre escritura y palabra. “Después viene el tiempo del saber, que sólo puede deducirse en el aprés coup de los equívocos de la palabra”.
Es decir que ese es el punto de partida. Como lo dice Lacan en Joyce el síntoma: “Lo importante (...) es darse cuenta de que LOM tiene un cuerpo”. Porque “tener, es poder hacer algo con”[7].
Miller señala que “saber hacer ahí”[8] tiene un lugar cuando la cosa de la que se trata escapa, conserva siempre algo de lo imprevisible. No es un saber articulado. Es saber desembrollarse con; y de eso se trata en un análisis, de “poder hacer algo con lo imposible de escribir de la no relación sexual”. Es de lo que testimonian los que finalizaron sus análisis.
Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre
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