Congreso 2012 Congreso AMP Buenos Aires 2012 | "El orden simbólico en el siglo XXI" |
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Boletín N°7 Nuestra Lectura
Editorial Susana Amado
Comentario sobre el texto de Claudio Godoy, "Bisexualidad o no hay relación sexual" Suele ocurrir (al menos en mi caso) que la noción de bisexualidad queda inmediatamente asociada al artículo freudiano "Las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad", y más precisamente, al clásico ejemplo de la histérica de Freud, que con una mano aprieta su vestido y con la otra, intenta arrancárselo. Es decir, bisexualidad e histeria han conformado un par, y dicho par iluminó cierta dimensión de esta estructura clínica, permitió el esclarecimiento fantasmático de la estructura histérica deducido por Freud: la histérica, "identificada al hombre se plantea la pregunta sobre la feminidad".[1] Sin embargo, Claudio Godoy destaca en este texto, además de esta primera y temprana enseñanza, una segunda interpretación freudiana –que es la que más me interesa resaltar–, que remite directamente al troumatismo sexual, es decir, a una interpretación transclínica, estructural, de la relación del parlêtre con lo real del sexo. Aquella que desemboca en la tesis lacaniana "no hay relación sexual", y que ninguna identificación logra suturar. Bisexualidad podría ser entonces un modo de nombrar la "imposibilidad de escribirse una razón entre los seres sexuados". Por otra parte, como plantea Godoy, un tratamiento, una solución de nuestra época por la vía de la "identidad" a la falla estructural de inscribir el goce sexual como proporción, donde el S1 "bisexual", uno entre muchos otros que produce la modernidad, se ofrece al sujeto como refugio identificatorio. "Es la solución contemporánea por la vía del ‘ser’ (bi, gay, straight, queer, etcétera), que busca anclar la angustia y el extravío del sujeto contemporáneo. Se recubre de este modo –en la colectividad que instaura– la opacidad del goce de cada uno, sus infortunios amorosos y su relación al inconsciente". [2] Así encontramos una doble perspectiva de la bisexualidad que Godoy rastrea en Freud y que se orienta en la enseñanza de Lacan, una dimensión fantasmática y otra sintomática. Esta última, nos recuerda que "las concepciones constructivistas de la sexualidad que la hacen depender de un orden simbólico imperante […] no son sino un modo de tratar, fallidamente, lo real del sexo. Cada época produce entonces, inevitablemente, sus propios órdenes sintomáticos".[3] Además, encuentro en el texto una enseñanza y una orientación en la perspectiva ética del psicoanálisis y del analista, quien, parafraseando a Lacan, para estar a la altura de la subjetividad de su época, tendrá como "tarea interpretar estos síntomas, y, al hacerlo, tomar la identidad por su reverso". [4] Notas
Comentario sobre el texto de Diana Paulosky, "Imagen" Diana Paulozky nos invita a pensar la imagen en el siglo XXI, afirmando que hoy se puede constatar "que es el objeto el que se convierte en la representación de la imagen". Parafraseando a Jacques-Alain Miller podemos plantear "hoy la imagen reina". La autora realiza un recorrido del lugar de la imagen en la enseñanza de Lacan, desde la imagen especular constitutiva del yo, a la oposición de la imagen y la castración en el seminario de La angustia. Imagen como velo de la falta, como pantalla que muestra, como espectáculo que llama a ver o como producción artística provocando la mirada. De la vida en la pantalla y la fascinación, al cine y a lo imposible de narrar, pasando también por la Bienal 2010 de San Pablo donde el rasgo dominante fue poder hacer con los restos de espejos, periódicos o fotos que reconstruyen ciudades. Distintos modos de la imagen como respuesta a los vacíos y distintos usos. |