Congreso 2010 Congreso AMP Paris 2010 | "Semblante y sinthome" |
El Debate de la Escuela Una en la EOL N°10 |
La Escuela Una, una determinación ¡sorprendente!. La orientación a lo real requiere de una confianza; confianza otorgada a los dispositivos de la Escuela, sólo así se hace posible redoblar una apuesta por el psicoanálisis, más allá de los avatares de las personas y de los grupos. Habrá que hacer lugar también, a una pulsación temporal, siempre en juego; “La Escuela del 2010 no es ya la Escuela de l980, para lo mejor y para lo peor”*(1) interrogarse acerca de los hechos que dan cuenta en la realidad efectiva (wirklichkeit) del camino recorrido, puede producir algunas escansiones, en la medida que el sujeto desee extraer saldos de saber, factibles de una demostración en acto. Se trata de dar cuenta de nuestra posición como practicantes del psicoanálisis, en la Escuela: ¿qué experiencias e impasses pondrían a prueba esa posición? , advierto que cuando un miembro encarna el espíritu de la Escuela Una en los debates de Escuela, se produce un acontecimiento libidinal inédito, algo hace agujero; pero “un agujero no existe en el vacío” como afirma Miller *(2); este efecto entonces no tendría resonancia, si al –menos- algunos- otros son sensibles a la lógica colectiva orientada en el nuevo sofisma que propone Lacan. La salida no es sin el otro. Una puesta en acto de la enunciación, una nueva política en la perspectiva de la Escuela Una, entiendo que pone a cielo abierto el compromiso del uno por uno en la transferencia a la Escuela, dar cuenta de nuevos anudamientos en R.S.I., que al no desconocer lo dis-par, abre a efectos de invención en el uso de los dispositivos y a otro estilo que respeta el lazo con el compañero, porque es el lazo con la Escuela. ¿Sería esto posible sin una experiencia singular, leída en sus consecuencias y transmitidas por cada uno, soportando el deslizamiento sincopado de un real, en espera de ser dicho? Miller ubica el alcance del semblante: ”¿Porqué ese gran despliegue de los semblantes? Al fin de alojar el pequeño alvéolo imprescindible- para la formación de los analistas y su acreditación por otros”*(3), ¿cómo captar esto, sino pagando el precio de hacerlo pasar por el bien decir? Entiendo que es en ese punto donde el riesgo de eludir, tiene el costo de la posición del no incauto; tarde o temprano se presenta el yerro de la propia impudicia. La Escuela Una deslocaliza se afirma, entiendo esa función (Fx / Ø) como un operador libidinal que consigue enlazar lo disimétrico, a la multiplicidad de la serie. Bajo el mismo Significante Escuela, conviven dos funciones diferentes: El lado “Otro” de la Escuela: posibilita Localizar, así “la puesta en marcha” de un hacer en la Escuela implica ocupar funciones y jerarquías, allí la determinación trabajará para acotar el empuje a lo uniano, que gira en redondo. El lado unario de la Escuela; al deslocalizar el Uno que hace el ser; abre una nueva dit-mensión, la que posibilita que la cosa gire de otro modo, aquel que “hace avanzar“ el Sinthome de cada uno, extraído por la vía del análisis llevado hasta su final y anudado a nuevos semblantes; allí la determinación estará comprometida en “hacer circular”, “hacer pasar” por el lazo en la Escuela, lo que quedaba segregado. En esa tensión, la decisión por la orientación a lo real será una apuesta que soporte correr el riesgo de anudarse al saber- hacer con el propio Sinthome, en un marco político variable que no cree ya, en la política solipsista propia del fantasma. Ese efecto libidinal lo escucho en la Escuela en los diferentes testimonios del Pase; en las intervenciones de los AE y en quienes han sabido ocupar esa posición de extimidad que es potente al lograr poner en valor una enunciación singular, en el arte del buen uso de los semblantes, que ya no tienen la linda facha del Fiat Lux; […] sino la fuerza del fuego fatuo.* (4). |
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