Congreso 2010 Congreso AMP Paris 2010 | "Semblante y sinthome" |
El Debate de la Escuela Una en la EOL N°7 |
Debate Escuela Una-Pase He leído en un reciente texto de Eric Laurent ("El pase-deseo") que él señala una renovación del deseo de Pase en las Escuelas como también, que para la generación que ya tiene responsabilidades no se trata de no presentarse al pase. Efectivamente, la experiencia del pase y la apuesta por ella es lo que marcan la orientación de una política de Escuela. Esto sucede, a mi entender, en la EOL. Es desde este "todos con el pase", que no se confunde con el "todos al pase", desde el todos y cada uno concernidos por el pase de manera singular que quiero situarme. Una analizante que desea saber qué es un analista, cómo se deviene analista, cómo se produce un analista. Esto lo palpamos en el propio análisis pero a la vez contamos con el dispositivo del pase que Lacan inventó, con la transmisión y enseñanza del AE, que es quien puede dar cuenta de eso. Ahora bien, de lo que sí podemos dar cuenta los analizantes es de nuestra relación al inconsciente, de qué forma va tomando la relación a la causa analítica, como nos acercamos a eso que llamamos el "deseo del analista", de cómo nos formamos, de cómo "nos enredamos con la verdad" sabiendo que no es lo mismo "sacarse de encima los amores con la verdad" como decía M. Tarrab en Debate IV. El asunto entonces es pensar de qué modo. ¿De qué modo articular lo libidinal de la experiencia de cada uno con lo colectivo? El llamado de Miller a que muchas "voces" puedan pronunciarse me parece muy alentador. La voz, como enunciación, solo resuena en el vacío del Otro. Esto me hace pensar en una Escuela Una agujereada, que hace posible que haya resonancias de un decir, en una Escuela que pueda alojar una variedad de subjetividades más o menos analizadas, una Escuela como conjunto de excepciones y de soledades subjetivas. A lo largo de estos años en la EOL, desde que se puso en marcha el dispositivo y luego de la crisis del 2005, los carteles del pase han realizado varias nominaciones, con AE que a mi entender han podido transmitir sus soluciones singulares. De la variedad de los testimonios hemos podido constatar la relación del estilo y lo real. Esta perspectiva también indica que no hay un modelo de AE aunque haya un "perfil" de AE ligado al "uso" (M. H. Brousse). Las noches de enseñanza del Pase han convocado a numerosos colegas con deseos de aprender, de saber. Como así también en algunos espacios nos dedicamos a leer y a conversar sobre los testimonios de los AE de la Escuela Una y las distintas versiones de finales de la experiencia analítica que de allí se desprendían. Podría agregar que a veces el silencio se confunde con la discreción necesaria para que las condiciones sean confiables. La discreción no necesariamente tiene que acompañarse de silencio. Sabemos de la relación entre el silencio y el goce. El goce no habla. Lo que se me ocurre es simplemente, bienvenidas las voces…, si se trata de trabajar para elaborar los temas fundamentales de la experiencia analítica y que cada uno pueda poner en juego cómo responde a lo real, con su síntoma. En todo caso profundizar el ir en contra del "no quiero saber nada de eso" compartiendo el Uno de la transferencia de trabajo distinta de la identificación, que asegure una transmisión. |