Congreso 2010 Congreso AMP Paris 2010 | "Semblante y sinthome" |
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El Debate de la Escuela Una en la EOL N°6 | ||||
Con respecto a la política de la enunciación Parto de dos afirmaciones y me apoyo en ellas para contribuir a esta... conversación, término que prefiero al de debate. Una es de nuestra colega Hebe Tizio. Ella ubica la Escuela Una del lado de un "vacío e instrumento para luchar contra la inercia de las escuelas"[1]. Se podría rescatar, por ésta vía, la idea de Comunidad como communitas (lo común pero como lo que no es propio, lo impropio, más el munus que indica lo social) oponiéndola a la de Institución. Oponerlas no es exacto: no sin. El pase es de la Escuela Una no sin las escuelas. Otra es de nuestro colega Leonardo Gorostiza. El afirma que lo que comenzamos a llamar la "política de la enunciación es la política de la Escuela Una"[2]. Que se sostenga en la función de extimidad en su diferencia con la de mediación reafirma las ideas anteriores. Mi idea en esta coyuntura la formulo bajo la forma de una pregunta ¿Qué sostiene esta conversación? Un decir. Que se requiera del sujeto de la enunciación no debe opacar que eso está sostenido en un "había que decirlo" (lo que estaba pasando) y eso tiene consecuencias (las que ya están, las que se vislumbran, las incalculables). Muy rara vez en los dichos subyace un decir. Pero cuando eso "pasa", ese decir es acontecimiento. Vale la pena aclarar que Lacan piensa el acontecimiento no exactamente de la misma manera que como lo piensa la filosofía política. Se puede pensar que un acontecimiento lo es porque revela un vacío de situación. También se lo puede cercar en una definición pensándolo como intervalo, instante, momento. Podría agregar: ruptura, corte, discontinuidad. Si J.A. Miller lanza a andar una orientación cómo, cada uno, uno por uno como nos gusta decir, desde la singularidad, contribuimos a ese hacer sostenido en un decir. A revisar: en qué en el decir hay que "poner el cuerpo" y eso atañe al síntoma de cada cual. Si hay decir es como un golpe de lo que nos determina: como singularidad, pero también como comunidad. Para concluir: la política de la enunciación, tan importante hoy, está sostenida en un decir, el de la Escuela Una que mantiene en su centro vacío el pase, independientemente de las variaciones circunstanciales en su dispositivo. |
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Notas | ||||
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