Congreso 2010 Congreso AMP Paris 2010 | "Semblante y sinthome" |
El Debate de la Escuela Una N° 7 |
Deflacionar el superyó Tres misiones esperan al AE recientemente nominado: clínica, doctrinal y política. Esta triple función puede inquietar a numerosos candidatos potenciales al pase, y aún desalentar la empresa. El superyó, si bien flexibilizado por una cura llevada hasta su término, puede hacer estallar el deseo del pase, no siempre es fácil escapar a esa carga residual. A favor de la reforma del procedimiento y del cambio esperado del espíritu del pase, la Escuela puede favorecer el alivio de tal obstáculo estructural. A este fin, una de las apuestas de la mutación actual es la de redefinir los contornos de las tres funciones prometidas al futuro AE. ¿Cuáles proposiciones? La función clínica En efecto, el AE debe exponer la coherencia de una ficción que la cura ya ha desarticulado en su término. La construcción es el reverso de una deconstrucción. Este resto de "hystorización" vela y muestra a la vez un real que no se relata. Es, sin embargo, un agalma muy escuchado por un público extendido más allá de los miembros de las Escuelas. La proposición siguiente presenta el pasaje al gran público, después de un pase reducido. Para afinar de entrada el testimonio sin repetirse demasiado, para conseguir una quintaescencia más rápido y a fin de no ajustar indefinidamente su diseño, no es ilegítimo que el pasante "pasado" pueda encontrar el jury que lo ha nominado (sea cual sea la forma futura) a fin de obtener diversos anclajes clínicos, diferentes de los que pudo percibir solo. Es una modalidad del "algunos otros" del cual el analista se autoriza, según la fórmula de Lacan. La colaboración entre el AE y el jury tendría así un post-scriptum después del veredicto. La función doctrinal Tres puntuaciones: Inmediatamente, el AE puede siempre pedir una opinión en forma de control a un analista supuesto poder ayudarlo a este fin: despejar un hilo rojo epistémico a partir de su fin de la cura (experiencia del procedimiento incluida). Es otra modalidad del "algunos otros". En fin, los hábitos y el reglamento de la Escuela pueden ser modificados en la materia. ¿Un mandato de duración fija es siempre pertinente? La capacidad inventiva del AE es intermitente y recurrente. Esta forma de permanencia no es infinita ni reconducible de forma lineal durante tres años. En el fondo, esto depende de la contingencia de los encuentros y de los acontecimientos institucionales. Hay aperturas y cierres. Ciertamente, el AE puede decir "no" a ciertas solicitudes, pero no es deseable que la Escuela vuelva a añadirlas exprimiéndolo a través de la programación ritual de veladas institucionales que, al final, dicen más del automatón que del deseo. El crecimiento esperado del número de AE permitirá la repartición de las cargas, pero esto no resolverá en nada el fondo de la cuestión. La función política Por lo demás, ¿el desempeño de la experiencia analizante prejuzga una excelencia en materia política? Ejemplo: antes de que Jacques-Alain Miller atrajera nuestra atención, ni un solo AE –incluyendo a los antiguos– supo interpretar la deriva posible de la Escuela frente a las exigencias del discurso del amo implicadas por la expansión de los CPCT. ¿Cómo pensar esta carencia? ¿Cómo remediarla? ¿Es necesario concebir de otra forma la incidencia política del AE? Todo esto es una cantera en forma de cuestiones abiertas… En el fondo, deflacionar el superyó inhibidor de los futuros candidatos es una manera de objetar al pase ideal, favoreciendo el gusto por el riesgo. La Escuela puede contribuir a ello. |
Traducción: Viviana Fruchtnicht |