Entrevista a Ernesto Sinatra
Entrevista por Silvia Elena Tendlarz

1) Algo nuevo se incluyó en nuestra comunidad a partir de las Jornadas de la ECF del mes de octubre: los analistas se esfuerzan por transmitir algo de sus análisis y esto despierta pasión e interés. ¿Cómo pensás vos esta nueva propuesta?
Es necesario –a mi entender– dar siempre lugar a lo nuevo y extraer las consecuencias de ello, ya que la vitalidad de los acontecimientos se nutre de la novedad y las vanguardias han avanzado en los distintos campos del hacer y del saber a partir de ese principio. En ese sentido las recientes Jornadas de la ECF introducen a mi modo de ver dos cuestiones esenciales que cabalgan entre lo Uno y lo múltiple: por un lado la incorporación de los recién llegados, el movimiento de los que quieren entrar en la Escuela y/o quieren su existencia -sin ser necesariamente miembros de ella- y por el otro la convocatoria de Jacques-Alain Miller destinada a priorizar la responsabilidad subjetiva de los analistas en su función analizante, es decir, elevando a la máxima potencia la esencial invención (a mi criterio) de Jacques Lacan: la producción de un analista a partir de un análisis personal. Considero este principio como el rector de esta nueva propuesta.

2) ¿De qué manera enlazarías este movimiento con el tema del Congreso de Paris, "Semblantes y sinthome"?
Puedo intentar enlazarlo, pero el tema creo que se enlaza a posteriori –ya que los actos determinan las significaciones– y lo que ocurrió en estas Jornadas sucedió después –según recuerdo– del nombre ya elegido para el Congreso. Un acontecimiento es eso mismo, algo no calculado ni programable que estalla de un modo novedoso entre los significantes de uso corriente, de lo establecido.

De todos modos podemos intentarlo, en la perspectiva -por ejemplo- de considerar la invitación a cada analista de la orientación lacaniana a dar cuenta del uso que hace de su sinthome, con los semblantes –y más allá de ellos– que extrae del campo social. Esto indica, entre muchas otras cuestiones clínicas, epistémicas y no menos políticas, que cada uno (a título personal, es decir en este caso: analizante) de cuenta del modo que concibe dicho concepto y hace uso de él en nombre de la orientación lacaniana. Así tendremos una clave, además, del funcionamiento de nuestra comunidad según el modo en el que aplicamos los conceptos que recibimos.