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IRMA en Argentina |
31 de octubre de 1991 Lacan llegó a decir: "No hay formación del analista, sólo hay formaciones del inconsciente", y esto es cierto en tanto el analista no es producto de ninguna imagen (Bild: imagen, de donde Bildung: formación), sino del resabio sin forma alguna que le deja su propio análisis. Ese resabio -que no hace un sabio- si bien no prohibe formalizar la función (a), es imposible transmitirlo bajo el modo del mathema: uno no lo maneja, dice Lacan, sino a la medida del propio análisis. También por eso llegó incluso a decir que no hay transmisión del psicoanálisis, que cada uno recomienza de cero. Pero ¿cuál es este cero de saber? No es otro que aquel en el que se sostiene el deseo de saber, y no está al alcance de cualquiera, sino sólo de un sujeto verdaderamente sin prejuicios, advertido de que aquello que produce sentido y goce para él no produce sentido y goce para otro. La ignorancia de la que se trata es docta; es metódica; es difícil. En efecto, hay que saber que el cero de uno no es el cero del otro; tiene el valor exacto del saber que suspende (no lo anula). La "confusión sobre el cero" -entré en la carrera denunciándola- hace que se crea a veces que en psicoanálisis cuanto menos se sabe es mejor. La verdad es lo contrario. De aquí parte una necesidad permanente a la cual responde el Instituto del Campo freudiano. Este Instituto llevará en Argentina un nombre nuevo -donde cada palabra está sopesada: IRMA- "Investigación Racional del Mathema Analítico". "Investigación", porque lo nuevo es esencial, siendo la docencia facultativa y dependiendo de lo efectivamente realizado. "Racional", remite a la razón, precisamente a la "razón después de Freud" que es la "instancia de la letra". Del "Mathema analítico", esto vale para aquellos que prosiguen en la vía de Lacan. Tal como puedo imaginarlo en el instante presente, el Instituto estará compuesto por un lado, por Centros de Investigación y por el otro, por Ateneos. Llamo Centro de Investigación a un organismo permanente que dispone de medios propios (local, biblioteca, publicaciones) y es responsable de su gestión. Llamo Ateneo a un grupo de investigación reunido bajo un tema preciso convenido con el Instituto, para una finalidad determinada y con una duración limitada (un año o dos). No es necesario que los elementos sean numerosos para que el sistema esbozado funcione. Podría suceder incluso que en el período experimental en el que vamos a entrar, el número sea un inconveniente. Así, midiendo mi capacidad de asesor seriamente, limitaré a siete como máximo las unidades que se iniciarán durante 1992. Terminaré con una declaración que vale como compromiso: el Instituto IRMA se mantendrá a distancia de las divergencias que puedan surgir entre los grupos pertenecientes al Campo freudiano en Argentina. Sólo serán tenidas en cuenta las promesas de trabajo. Jacques-Alain Miller |