14 de Agosto de 2013 | 21:00 hs.
2º Noche del Directorio
Modalidades de defensa contra lo real
Reseña de Ruth Gorenberg Paula Husni Reseña de la II Noche del DirectorioEn esta segunda Noche del Directorio, realizada el miércoles 14 de agosto bajo el título: "Modalidades de la defensa contra lo real", han contribuido con sus aportes Mirta Berkoff, Alejandra Glaze y Fernando Vitale. Bajo la coordinación de Gabriela Camaly, y la animación de Marisa Moretto y Lisa Erbin, se ha abierto un espacio de intercambios y debates ricos y necesarios en torno a una temática que atañe tanto a las próximas Jornadas Anuales de la EOL como al próximo Congreso de la AMP.
Fernando Vitale toma la consigna lanzada por J.-A. Miller para el próximo Congreso de la AMP "Un real para el siglo XXI", donde dice que el psicoanálisis transcurre a nivel de lo reprimido y de la interpretación de lo reprimido gracias al SsS, pero que en el siglo XXI se trata de explorar la dimensión de la defensa contra lo real sin ley y sin sentido, debiendo centrarse nuestra clínica en desbaratar la defensa contra lo real.
En su recorrido remarca que se trata de renovar nuestra práctica ya que cada vez más se irá desarrollando bajo las coordenadas inéditas que le van imprimiendo el discurso de la ciencia y el capitalismo. Vitale plantea que aún no hemos sopesado la envergadura de decir que la referencia al orden simbólico, que era un componente indispensable de los fundamentos de nuestra práctica, se ha modificado profundamente.
El inconsciente transferencial como defensa contra lo real, tal como lo propone Miller, implica que en sí mismo sostiene la suposición de que lo real sea pensable a partir del sentido y la ley. Ese sería el último velo que los analistas tenemos que levantar en la perspectiva del "todos delirantes".
¿Qué sería un analista más allá de postularse como relevo del nombre del padre? Conviene reconsiderar lo que Miller plantea al final del texto citado sobre el deseo del analista: "Un deseo de llegar a lo real, de reducir al Otro a su real y liberarlo del sentido".
A continuación, Mirta Berkoff parte en su exposición de una pregunta precisa: ¿cómo considerar las distintas modalidades de la defensa en un diagnóstico?
Entiende que toda construcción secundaria al shock pulsional que implica el encuentro de la lengua y el cuerpo es del orden de la defensa. Si todo el mundo es loco, dice, todas las estructuras clínicas comparten la necesidad de construir algo en torno a un agujero. Si lo real hace trou (matisme), la defensa tiene por función amortiguarlo.
Se pregunta entonces por el interés del diagnóstico. Su respuesta es clara: eso orienta ya que hay defensas que vamos a molestar, hay defensas que vamos a respetar y hay defensas que debemos ayudar a construir.
Tomará, para ilustrar lo antedicho, dos casos de niños. El primero permite situar un cuerpo que habla, un síntoma donde se verifica en el modo de gozar del sentido, una defensa contra lo real sin sentido. La orientación analítica será perturbar el goce atrapado allí. En el segundo, un rechazo a la inmersión en el lenguaje; allí se tratará de molestar el repliegue homeostático que actúa como defensa frente a lo real.
Para finalizar, Alejandra Glaze toma el testimonio de Ana Lydia Santiago, "Separarse del mito: el duelo por el objeto de amor", para articular el concepto de defensa con el final de un análisis.
Resitúa que el síntoma, en tanto se manifiesta en el caso como una irrupción de cólera y celos, se muestra contradictorio a la niña modelo. Escisión, en términos freudianos; defensa a partir del último Lacan.
Toma el concepto de modelo como un todo que hace masa, con su contrapartida de malestar. Hay síntoma porque el sujeto fracasa en ese intento de estar a la altura del modelo. Hay pues, sitúa Glaze, un final de análisis con su efecto epistémico de saber sobre la verdad; significación que se disipa revelando que envolvía un goce que respondía a la falta en el Otro. Ese es el reverso, en el caso, de la cólera y los celos. Habría también un pasaje de un psicoanálisis que interpretaba lo reprimido, a un psicoanálisis que, orientado por un analista que va más allá del padre, perturba la defensa del sujeto produciendo un corte entre el S1 y el S2, desbaratando la defensa contra lo real.
Marisa Moretto inicia la conversación con diversos interrogantes; con respecto al inconsciente transferencial como defensa, a la posición del analista después del pase, a los modos de intervenir frente al goce y, en relación al testimonio, interroga la necesidad de la elucubración de saber sobre lo real para luego desbaratar la defensa.
Lisa Erbin, interroga también respecto al amor de transferencia como defensa, pregunta cómo pensar la defensa en cada referencia clínica presentada y destaca a su vez que, respecto a las diferentes modalidades de defensa contra lo real, habría defensas para construir y otras para perturbar.
La conversación que siguió a estos interrogantes se ha centrado en cuestiones cruciales que interrogan nuestra práctica pensada desde las coordenadas actuales. Se conversó sobre el interrogante que nos abren los sujetos desafectados de los efectos de verdad en nuestra clínica. Surgieron otras cuestiones que sintetizamos: ¿el inconsciente transferencial es un paso inevitable en un análisis? ¿Sería posible otra dimensión de creencia que no se sostenga en el Nombre del Padre? ¿Cuál es la relación entre defensa y goce, y cómo pensar la defensa al final de un análisis? ¿Qué posición tomar como analistas frente a los sujetos desabonados del inconsciente pero que tampoco se inscriben en el campo de la psicosis? Interrogantes que, sin duda, retornarán abriendo nuevos espacios de debate y discusión en las próximas noches de la Escuela y en nuestras próximas Jornadas Anuales.
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