23 de Agosto de 2012 | 21:00 hs.
II Noche de Carteles
Hacia las Jornadas Nacionales
Reseña de Leticia Varga Liliana Zaremsky Lisa Erbin Segunda Noche de Carteles. Hacia las Jornadas Nacionales."La elección del rasgo"
Presentaron: Mónica Biaggio, Valeria Goldstein, Cinthya Barreiro Aguirre, Lucas Rodríguez
Coordinación: Irene Kuperwajs
Con una importante concurrencia y en un clima muy entusiasta se desarrolló esta segunda noche, que fue convocada con miras a las Jornadas Nacionales de Carteles que se realizarán en Córdoba el 15 de septiembre.
Invitamos a cuatro carteles enlazados a la Escuela, y un integrante de cada uno de ellos, presentó un trabajo respondiendo a la consigna de transmitir lo que desearan sobre la elección de su rasgo.
La apertura de la noche estuvo a cargo de Irene Kuperwajs, Secretaria de Carteles quien presentó estos trabajos, enfatizando que si bien son inicios de investigaciones, dan cuenta de una potente relación al psicoanálisis a partir de una posición de cierta ignorancia que es la que más conviene para obtener efectos de formación.
Comenzó Valeria Goldstein con su trabajo titulado "Los nombres del goce", ubicando una pregunta en relación al goce que hay en el nombre, el S1, la insignia, el rasgo unario. ¿Hay goce en el ser? Así fue nombrando distintos goces a recorrer. Para ella, algo de su subjetividad está en esta elección: "el rasgo me encontró a mí…y lo sigue haciendo".
También ubicó claramente la cuestión del rasgo que toma valor en acto por la intervención del más Uno, que no ocupa el lugar del saber. Reunión por reunión, vez por vez, así como se pone en forma el síntoma en análisis, se va poniendo en acto el rasgo. Si uno se pone a trabajar algo que está muy por fuera de un rasgo propio, no hay causa.
Cinthia Barreiro Aguirre en su trabajo: "Elección del rasgo expresión viva del cartel" transmite que encontró su rasgo a partir de preguntas, charlas, y comentarios con sus compañeros de cartel, sobre el lugar y las operaciones del analista, surgidos a partir de la clínica. De este modo descubre que todas sus preguntas la acercaban a la cuestión del objeto, y en consecuencia hizo su elección.
Destaca la definición de rasgo como el trazo que se hace al escribir la letra de cada quien, y subraya el lugar del analista como indispensable para hacer resonar algo del objeto que orienta.
El trabajo de Lucas Rodriguez "Elección y uso del rasgo" comenzó remarcando "el llamado y la creación", dos términos que ubican la elección y el uso del rasgo. Introdujo el concepto de punctum, tomado de "La cámara lúcida" de R.Barthes, como un detalle que atrae y que saca de la escena para punzar.
El punctum hiere al sujeto, lo sorprende, lo toma, es algo más que una elección, un enigma, una insatisfacción, una falta en el saber. A partir de esto se nombra y se mira, destacando que el rasgo adviene como nombre de lo singular. Ser elegido por el rasgo se da a partir de algo que descompleta al sujeto. Se trata de pensar el rasgo desde las coordenadas del saber y la verdad. Si el rasgo se positiviza y se aloja como vacío, orienta y va eligiendo a partir de las desinencias los textos, y permite alojar una producción.
El ultimo trabajo fue el de Mónica Biaggio llamado "Estética y fascismo" quien también ubicó estos interrogantes como punto de inicio para la elección del rasgo: ¿Como ingresa el fascismo en una sociedad? ¿ Yen una comunidad? ¿Hay una estética del fascismo?
Dos citas de Lacan la van orientando hacia una investigación sobre la estética, encontrando una respuesta acerca de la estética que conviene al psicoanálisis por el lado de lo cómico. El pasaje de la tragedia a la comedia; que la tragedia de la neurosis pase a la irrisión de la comedia. Comentó que se sirve de los testimonios de los AE para ubicar estas cuestiones y señaló la importancia de situar lo irreductible, al mismo tiempo que propuso ubicar por donde se puede filtrar la pulsión de muerte en la Escuela.
Irene Kuperwajs lanzó la conversación señalando que en todos los trabajos se puede rastrear cómo el rasgo encuentra al sujeto y al mismo tiempo hace de brújula. Se puede pensar el cartel enmarcado en una "ética del forzamiento".
Los más Uno de los carteles invitados fueron sumando sus intervenciones.
Inés Sotelo retomó del trabajo de Biaggio la idea de ir en contra del líder para pensar la función del más Uno y destacó que el más Uno es también causado por la falta de saber que lo atraviesa. Es elegido, es convocado, es una responsabilidad. El deseo del analista atraviesa los cuatro trabajos y también al más Uno.
Osvaldo Delgado señaló que en los cuatro trabajos se puede ubicar claramente como el rasgo los encontró, y dan cuenta del lugar al que cada uno llegó con su propio análisis.
Así como la neurosis se vuelve totalitaria en tanto es rechazo de lo éxtimo, propone cartel y pase como prácticas antitotalitarias. Señaló la dimensión que va de la tragedia, en donde se trata del sacrificio del hijo y el goce oscuro en ese punto, a la comedia.
Ernesto Sinatra comparó el punctum de Barthes con la mancha de la que habla Lacan en el Seminario XI, un detalle que produce algo nuevo. A su vez destacó que la elección del más Uno también está en relación al rasgo. En el cartel hay un "Banquete", afirmó.
Diana Wolodarsky propuso al Cartel como puesta en acto a la orientación de grupo. ¿Qué se demanda a un más Uno que se sabe que no puede dar?
¿Como mantener este deseo vivo, en lo libidinal? Si no es por el deseo, el cartel se cae. El más Uno tiene la función de reenviar a la causa.
Numerosas participaciones del auditorio contribuyeron a destacar que a lo singular del rasgo no se arriba sin los otros; y que lo vivo del trabajo del cartel interroga, empuja, incomoda a la Escuela y eso vuelve, para entrar en una conversación posible. Finalmente, se resaltó el trabajo de los que aún no son miembros de la Escuela que hacen uso y producen una práctica de Escuela.
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