15 de Agosto de 2012 | 21:00 hs.
Segunda Noche: "La interpretación del analista desde la perspectiva del sinthome"
Reseña de Mónica Gurevicz Reseña de la nochePresentaron: Gustavo Stiglitz, Raquel Vargas y Oscar Zack
Coordinación: Manuel Zlotnik
Animaron: Claudia Lázaro y Paula Rodríguez Acquarone
Para comenzar Manuel Zlotnik recordó la propuesta surgida luego de la primera Noche del Directorio,tomando como tema la interpretación en la perspectiva del sinthome.
Oscar Zack, tituló su intervención "La interpretación analítica: un decir silencioso", articulando el concepto de inconsciente, tanto en Freud como en Lacan, con la interpretación. Las distintas perspectivas confluyen en que se reconoce un valor a la palabra, y que la misma tiene una incidencia sobre el goce del sujeto. Señaló la tensión entre ambas donde una, articulada al deseo, está en referencia al Otro, y la segunda respecto al goce, se encuentra separada del Otro. Ambas se manifiestan a partir de la puesta en acto del dispositivo analítico. Destacó la necesidad de pasar por las formaciones del inconsciente ya que a partir de éstas podemos alcanzar algo de lo real que se articula a la letra. El inconsciente es un intérprete, ergo, la interpretación del analista irá contra la interpretación del inconsciente, así se produce el pasaje de una interpretación salvaje a una razonable. Señaló también que con la formalización del objeto a y su ubicación en el discurso analítico no alcanza para capturar aquello de lo que se trata cuando es cuestión de lo real. De allí surge el concepto de analista-sinthome en tanto es aquel que se ofrece a sostener con su presencia la falla estructural del anudamiento de lo R-S-I, para posibilitar que el analizante haga de su síntoma su nuevo partenaire.
El sinthome constituye un acontecimiento de cuerpo que circunscribe un goce que excluye el sentido. Esta cualidad lo hace refractario a la interpretación, razón por la cual admite ser considerado como la "huella digital del goce", señalando así la máxima singularidad. O. Zack concluyó que la interpretación analítica es un decir silencioso en la medida que conmueve algo de lo real, y que promueve y escande un acontecimiento.
Raquel Vargastituló su presentación "Contra la eternidad", quien luego de retomar la tesis de J.-A. Miller sobre el inconsciente intérprete, señaló que en la vía de Lacan el sistema asemántico que propone el inconsciente real sitúa una contra-experiencia del inconsciente, que ya no soporta ningún lazo de amistad [1]. La noción de sinthome ofrece un terreno a la transferencia en los confines de ese lazo. El sinthome se inspira en Joyce pero no se confunde con la solución que él inventó; tampoco se limita a su forma final como término de un análisis. Es modelo y excepción a la vez. La interpretación puede constatar, afirmar, interrogar, declarar, desacreditar, exclamar, lo que recoja de la trama discursiva del sujeto y lo reenvíe al carácter intrusivo del significante que lo parasita aún antes de hablar. Resulta fundamental introducir la dimensión temporal, ya que la experiencia analítica es una experiencia libidinal y en tanto tal sí conoce el tiempo. R. Vargas señala que en el Seminario sobre El Sinthome, Lacan advierte al analista que "el ser varía con el tiempo, arrancarle su función temporal para proyectarlo en la eternidad, sino es un crimen es al menos un error". Al tiempo eterno del inconsciente freudiano es necesario contraponerle el tiempo-instante del inconsciente que nos propone Lacan.
Gustavo Stiglitz en su intervención "El psicoanálisis ya no es lo que era", señala que en realidad, el psicoanálisis cambia en su intento de cernir y de tratar lo que no cambia: restituir el saber inconsciente, el capítulo censurado de mi historia, la diferencia absoluta, atravesamiento del fantasma, identificación con el síntoma, distintos nombres de un hueso indecible que se rodea a lo largo de un análisis.
Una vez que el trabajo interpretativo del inconsciente y todo lo que pueda hacer un analista desde la perspectiva del sentido, muestra su límite en cuanto a poder nombrar el "objeto indecible" surge, en la última enseñanza de Lacan, la perspectiva del sinthome. Perspectiva que es la del arreglo que anuda el cuerpo y lalengua, más allá de que haya o no el recurso estándar del Nombre del Padre. Hay entonces arreglo que anuda los tres registros, antes, durante y al final del análisis. G. Stiglitz planteó que su idea es que hay arreglos sintomáticos, en donde la cara de padecimiento es la que lleva al análisis en el mejor de los casos, y hay arreglos sinthomaticos, en donde la cara del funcionamiento prima sin tanto padecimiento, al menos sin el "demasiado", que señala Lacan en el Seminario 11.
La neurosis sería una respuesta particular a la forclusión generalizada, que a nivel de lo singular de cada caso plantea preguntas sobre: ¿cómo en un sujeto se abrochan RSI? ¿Cómo interpreta los acontecimientos del cuerpo? ¿Cómo sitúa la fuga del sentido? Cuestiones fundamentales para la dirección del tratamiento. La interpretación desde la perspectiva del sinthome es contraria a la del inconsciente que hace puente entre S1 y S2. Acá se trata del S1 solo, sin la interpretación del inconsciente. Esto implica ir en su contra, no en cuanto a los contenidos sino en contra del sentido inconsciente en sí mismo, para conducir al analizante a los elementos absolutos de su existencia contingente (S1) y a "los azares que lo han llevado a diestra y siniestra".
Claudia Lázaro y Paula Rodríguez Acquarone, fueron las animadoras del debate, al cual se sumaron muchas intervenciones de la concurrida asistencia de esta Noche, en torno a la práctica de la interpretación desde la perspectiva de la clínica del sinthome,
Daniel Millas señaló, por su parte, que estas noches del Directorio podrían tomarse en cierto sentido como Noches Preparatorias de las XXI Jornadas Anuales de la EOL. Afirmó que los temas que fueron expuestos y discutidos durante la noche están propuestos en el argumento elaborado por la Comisión Científica de las Jornadas para ser estudiados y desarrollados en los trabajos.
Lo que cambia y lo que no cambia, los distintos modos de tratar lo incurable, los restos sintómaticos, el modo de gozar, el cambio del destino de la pulsión, lo que se interpreta y lo ininterpretable fueron, entre otros, los puntos alrededor de los cuales prosiguió la conversación.
Se cerró esta noche señalando además que la última enseñanza de Lacan abre una nueva perspectiva para la práctica psicoanalítica, que ilumina la anterior pero no la desecha, planteando la prudencia y no el fundamentalismo.
1. Lacan, J. Prefacio a la edición inglesa del Seminario II, 1976, Intervenciones y textos II, Ed. Manantial, pág. 59
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