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Una experiencia en curso...*

Por Aníbal Leserre

I) Contraste
La experiencia misma del testimonio implica la relación posible entre lo singular y lo colectivo y su recíproca. Coordenadas del plural "enseñanzas", que se inscriben en la experiencia en curso de la EOL, desde las primeras nominaciones hasta la fecha.

El punto de vista a presentar hoy implica situar, en esta experiencia, algunas reflexiones en relación a las denominadas dos caras del Pase, desarrolladas por J.A. Miller en su seminario sobre "Política lacaniana".[1] Aclaro que la lectura de ese seminario incide directamente en la manera que tomo hoy para continuar el testimonio.

Las dos caras del pase:
1.- el pase como acontecimiento clínico.
2.- el pase como apuesta institucional.

Expresiones desarrolladas por J.-A. Miller para describir los acontecimientos generados en el grupo analítico (EFP), al recibir la "Proposición..." de octubre. Sintetizando, se produjo una aceptación de la cara clínica del pase y un cuestionamiento y/o rechazo a las implicancias de la apuesta institucional que el pase presenta. Una oposición que, a nuestro entender, más allá de aquel contexto, señala la tensión que el pase produce y un fuerte contraste.

Intentamos sostener la hipótesis de que, de dicho contraste, puede extraerse un principio en relación a la propuesta del pase. Al decir principio subrayamos su acepción lógica, es decir, lo tomamos como aquello que funda y fundamenta una acción. Por lo tanto, ubicamos el principio del contraste -en la recepción del grupo analítico-, entre la aceptación de la cara clínica del pase y el rechazo al orden político que el pase implica. Un principio de contraste que indica una tensión entre ambos más allá de las coyunturas.

II) Testimonio
He presentando, y mantengo como dificultad positiva que permite la elaboración, las variaciones del testimonio en las enseñanzas y su recepción en la comunidad. Lo resumo, parafraseando el título de un escrito de Lacan, diciendo: "Lo que el pase nos enseña... como enseñarlo".[2]

Sostengo que la elaboración y, consecuentemente la posible enseñanza, se nutre en la diferencia entre el testimonio dado como pasante a los pasadores en el procedimiento del pase y el testimonio dado a la comunidad al ser nominado AE. Uno se apoya en el otro, uno no va sin el otro, pero difieren. Dicho de otro modo, la elaboración se sostiene del testimonio dado a los pasadores, pero la enseñanza se mantiene en la elaboración de los problemas del psicoanálisis. A su vez, es lícito preguntarse por la expresión misma de "testimonio a la comunidad", ya que el término testimonio se reserva para lo trasmitido en el procedimiento y, lo dado por los AE a la comunidad, es denominado y ubicado como enseñanzas. Plural donde ubicar lo singular de un saber alcanzado como analizante y que se refiere, en la experiencia en curso de la Escuela, a una comunidad de analizantes.

III) El principio de la "Proposición.."
Recibir la nominación conlleva la responsabilidad aceptada de producir enseñanzas durante el lapso de tres años en el marco de la Escuela. Ubicar un decir singular en lo plural de las enseñanzas del pase, bajo el principio sostenido por Lacan en su Proposición al establecer la diferencia entre grados y jerarquías: el principio de "volverse responsable del progreso de la Escuela, volverse psicoanalista de su experiencia misma"[3]. Se trata de la experiencia de la Escuela.

Ubiquemos una problemática en torno al término experiencia. En tanto tal, remite a lo práctico, al caudal que se adquiere a partir del hacer. La paradoja -si así podemos decir-, es que el caudal de experiencia lleva a las dificultades de basarse en la experiencia por la experiencia misma.[4] La dificultad señalada por Lacan es que apoyarse en la experiencia puede obturar lo nuevo reduciéndolo a lo conocido, a lo homogéneo. Recordemos que Freud recomendaba frente a un caso no encasillarlo de antemano en lo ya sabido; podemos decir, no ubicarlo por adelantado en un modelo basado en la experiencia. Con estas apreciaciones generales quiero simplemente marcar que el principio de la "Proposición...” sobre el término experiencia, permite situar una tensión en "el hacerse cargo de la experiencia de la Escuela". Tensión entre la tendencia a lo homogéneo -basada en la acumulación de la experiencia que obtura- y la posibilidad de la nueva experiencia ligada a la serie de lo heterogéneo, a lo no sabido de antemano. Y me atrevo a postular y presentar a la discusión, como hipótesis, que al mantener esta tensión, estamos sosteniendo el espíritu de la “Proposición...”

Se trata de que la experiencia del testimonio no puede ser interpretada desde un modelo, sino como un ejemplo de enseñanza en donde se articula la lógica de lo trasmitido con el estilo de quien lo trasmite.

IV) La diferencia modelo-ejemplo
Sintetizamos, en parte, lo expuesto en la distinción y oposición entre modelo y ejemplo.
Modelo:ligado a lo que se espera, reduce la novedad a lo homogéneo. Se establece desde un Ideal.
Ejemplo:ligado a la posibilidad de lo singular que se da en el marco de lo heterogéneo.
La tensión existente se ubica en el entre estos extremos y en ella ubicamos la dimensión política del pase.
Venimos sosteniendo que la experiencia que resulta del procedimiento del pase no se encuadra en un modelo preestablecido, sino que es aquella que permite el ejemplo. Debemos aclarar en qué sentido utilizamos aquí este término. Lo ubicamos como un concepto que escapa a la antinomia entre lo universal y lo particular pero que, sin embargo, no deja de resultar familiar. "Ejemplo", en el sentido de que hace valer su fuerza, en tanto vale para todos los casos del mismo género. Es una singularidad entre las demás, pero no es la particularidad, aunque se sobreentiende que también vale en su particularidad.[5]

V) La experiencia de Escuela
Constatamos que, hoy, la comunidad analítica que lleva adelante la apuesta por el pase, acepta tanto la dimensión clínica como la dimensión institucional. Y debemos señalar una vez más que la orientación lacaniana impulsada y sostenida por J.-A. Miller es muy fuerte y decidida en cuanto la implementación de la "Proposición..." de Lacan. Sin embargo, esta constatación no nos exceptúa de situar la pregunta sobre si la aceptación implica en sí misma mantener el carácter subversivo de la "Proposición..." de Lacan, su dimensión de apuesta.

El intento presentado bajo el principio de contraste, me permite ubicar a la tensión desplazada en lo que denominamos esfera política del pase. Desde estas consideraciones me permito preguntarles y preguntarme: ¿dónde se ubica la resistencia al pase? Pregunta implícita en las enseñanzas del pase -y sobre la cual, me parece, no se trata simplemente de responder por la regularidad de un funcionamiento- en tanto, estructuralmente, la propia fuerza de la "Proposición..." elaborada por Lacan, necesariamente, implica que aparezca algún tipo de resistencia en el grupo analítico que la lleva adelante, más allá de las intenciones. La Proposición del Pase implica mantener siempre, como experiencia en curso, la realización del concepto Escuela (la Escuela siempre como una experiencia inaugural). No estamos en el fin de la historia y por lo tanto ya desarrolladas todas las posibilidades del concepto (todas las realizaciones posibles). Por lo tanto, si es correcta nuestra apreciación, es posible ubicar a la tensión, el llamado principio de contraste, entre la posibilidad del concepto y lo que se materializa como institución. Dicho de otra manera, la Escuela vía el pase, implica el modo de tratar lo real del grupo. Seguimos aquí la hipótesis de Eric Laurent que sostiene que depende de cómo se organice el grupo analítico, que se dé o no su oportunidad al discurso analítico.[6]

VI) Situarse en la experiencia
Una mirada retrospectiva sobre el tiempo transcurrido desde la nominación a la fecha -casi ya tres años-, me permite decir que el situarme en torno a la responsabilidad de la experiencia, tomo la línea, no de la declamación ni de la espera, sino la de la elección y decisión ante los hechos que la política de Escuela implica. En esta perspectiva puedo recordar el fijar posición antes y durante la crisis de Barcelona (congreso de la AMP) -remito a lo publicado bajo el título de "Historizar el análisis".[7] De lo dicho, retomo, que la secuencia propia del análisis me llevó a plantear la detención del recorrido analítico en una respuesta: "Ya no espero nada de usted". Frase sobre la cual -no se me escapa que la negación implica la afirmación de "esperar nada"-, las elaboraciones posibles han dado algunas vueltas pero no todas las posibles.[8]

A su vez, ver el inicio del análisis desde la detención final, implica la posibilidad de construcción o, mejor dicho, de elaboración sobre el saber obtenido durante el proceso analítico, pero no de una manera acumulativa, sino desde el resto que queda pendiente.

La elaboración sobre lo que ordena los dichos es lo que he denominado la matriz significante de la repetición -siguiendo la operación de reducción sostenida por J.-A. Miller.[9] Matriz de la repetición enunciada como "un nuevo comienzo", señalando así el carácter repetitivo "en el siempre tener que comenzar", lo que dejaba al sujeto en el goce de la espera (repetición como ley de goce). En esta secuencia, se destaca, no que no hubiese posibilidad de elección, sino que las mismas estaban signadas por esa repetición y que ante las decisiones de vida entre continuar y cambiar, por ejemplo, la inercia del goce empujaba para el lado del "supuesto" cambio.

Retomo desde este desarrollo, lo planteado como la relación entre lo singular y lo colectivo, y sostengo que ubicarse en la experiencia en curso implica poder operar sobre la inercia de la repetición. Y no está de más señalar, aunque no se desarrolle, que las instituciones son un campo fértil para las repeticiones. Por lo tanto, el tomar partido ante la crisis de Barcelona y las decisiones posibles sobre la política de Escuela, están sostenidas no desde la matriz de la repetición sino desde el hacerse cargo de la propia experiencia.

VII) Desde el final
- Ubicarse en la "experiencia en curso..." desde el final del análisis, conlleva la propia consideración sobre ese final. En este caso sostengo que la elaborada en el mismo procedimiento del pase implica ubicarlo del lado de "arreglárselas con"[10] y no de idealizar un franqueamiento. Tampoco se trata de idealizar la experiencia de la Escuela pero, de ninguna manera, contentarme con que la inercia grupal sea una panacea.

- Ubicarse en la “experiencia en curso...” desde la perspectiva de una aproximación más contemporánea al pase, implica entonces no sólo arreglárselas con la experiencia, sino intentar llevar los resultados de la experiencia al debate con la ciencia.

VIII) Por último...
El Pase mismo es mantener la Escuela como experiencia inaugural y nuestra experiencia lo ubica en correlación con la voluntad de lo heterogéneo, con el uno por uno, con el concepto Escuela y en oposición a las manifestaciones de grupo que se dan en una voluntad de lo homogéneo, en una defensa de lo ya seguro, en la promoción de los iguales, en la extrema prudencia, en el rechazo a lo diferente. En síntesis, podríamos decir que el Pase implica un respeto por la diferencia que denominamos síntoma.

 
 
Notas
* Texto redactado a partir de la intervención del 14 de julio de 1999 en el marco de las Noches de la EOL, en el espacio "Enseñanzas del pase".
1- Miller, J.-A., "Seminario de Política Lacaniana", en Colección Diva, Buenos Aires, 1999.
2- Nos referimos al título: "Lo que el psicoanálisis nos enseña... cómo enseñarlo". En Escritos. Con respecto al tema de "lo que el pase nos enseña... cómo enseñarlo" remito a lo publicado en Revista El Caldero de la Escuela No 56, octubre de 1997.
3- Lacan J., "Proposición del 9 de octubre de 1967, sobre el psicoanalista de la Escuela", en Momentos cruciales de la experiencia analítica, Manantial, Buenos Aires, 1987.
4- Ibíd., "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma", en Intervenciones y textos 2, Manantial, Buenos, Aires, 1988.
5- Agamben, G., La comunidad que viene, Colección Hestia-Dike, Pre-textos, Valencia (España), 1996.
6- Laurent, E., "Discurso y grupo", en Concepciones de la cura en psicoanálisis, Manantial. Buenos Aires, 1984.
7- Leserre, A., "Historizar el análisis", en Pase y transmisión II, Serie testimonios y conferencias, Colección Orientación Lacaniana, Buenos Aires, marzo 1998.
8- Se puede consultar al respecto el testimonio "El síntoma analítico como vía regia al goce", publicado en Revista Más Uno No 4, Buenos Aires, julio 1999.
9- Miller, J.-A., El hueso de un análisis, Tres Haches, Buenos Aires, 1998.
10- Ibíd. 1.