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La Escuela
Asamblea y Congresos Ordinarios

XXIX Asamblea Ordinaria de la EOL
 

Discurso del Presidente entrante: Daniel Millas
29 de noviembre de 2019

Queridos colegas,

Es un honor asumir hoy la presidencia de la EOL. Quiero agradecer a mis compañeros del Consejo Estatutario, Guillermo Belaga, Gabriela Dargenton, Marina Recalde, Adrián Scheinkestel, Luis Tudanca, Beatriz Udenio, Diana Wolodarsky y Andrea Zelaya, la confianza que me han brindado al elegirme para cumplir con esta función.

Es una satisfacción especial hacerlo contando con la participación en nuestra Asamblea de Angelina Harari, Presidenta de la AMP, de Jesús Santiago, Secretario de la AMP, Victoria Horne-Reinoso, Consejera de la AMP por la ECF, y de Eric Laurent.

A lo largo de estos años he tenido la oportunidad de ocupar diferentes lugares en la gestión de la escuela y cada ocasión me ha dejado como saldo un efecto de formación. La gestión no se reduce al ejercicio de una tarea meramente institucional. Si bien existe una tensión en la relación institución escuela, la misma está determinada por una lógica que no puede disociarlas y por un componente libidinal que las anuda.

La transferencia de trabajo nos empuja a estar enlazados por un ideal común, pero tal como lo afirma J.A. Miller, a la vez nos reenvía a nuestra propia soledad subjetiva. La escuela es una formación colectiva que no pretende hacer desaparecer la soledad subjetiva, sino que por el contrario se funda sobre ella.[1] Pero esta soledad, no es la de un solitario que se cree amo de sí mismo, sino aquella que remite a cada uno a una excentricidad radical, a su propio goce éxtimo. Se trata de la extimidad inherente a la relación que cada uno mantiene con la causa analítica. De manera que es impensable que esta experiencia de escuela solo pueda sostenerse en identificaciones comunes creyendo que nos dirigimos así, armónicamente, hacia el cumplimiento de un destino ya trazado.

Aceptar la paradoja que la funda implica en cambio darle un lugar a la contingencia, admitir que van a producirse acontecimientos imprevistos, momentos de impasses y síntomas que debemos interpretar analíticamente. Por esa razón no alcanza con estar advertido, o con denunciarlo. Hay que estar dispuesto a hacerlo. Es el recurso que tenemos para evitar caer en la inercia que llevándonos hacia el mutualismo y la burocracia degradan nuestra comunidad de trabajo.

No hay una sola instancia o dispositivo que por sí mismo nos inmunice de los efectos mutualistas que el solo hecho de formar parte de un grupo pone en juego. Como lo afirmó en una oportunidad Miller, el germen del mutualismo puede instalarse en las diferentes instancias que incluso están pensadas para tratarlo.

Hace falta entonces un consentimiento para asumir esta experiencia de escuela que pone en jaque las identificaciones y nos convoca cada vez a un trabajo de elaboración. Este trabajo se pone en marcha desde la entrada a la escuela.

Como es sabido, desde hace ya unos años el Consejo propicia la constitución de un cartel con los miembros recién ingresados a la escuela con la idea de trabajar temas de política lacaniana. El año pasado fui designado por el Consejo para recibir y organizar el cartel de nuevos miembros y tuve luego la suerte de ser propuesto por sus integrantes como Más uno del mismo. Cada uno de ellos decidió elegir un rasgo a trabajar partiendo de la experiencia subjetiva de ser admitido en la escuela. A partir de los efectos de conmoción, de angustia, de alegría o de sorpresa, podían reconocer que la entrada marcaba un acontecimiento que venía a interrogar su concepción de la escuela y de aquello que esperaban de ella. Entrar a la escuela la volvía súbitamente desconocida, retornaba sobre cada uno la pregunta respecto a lo que había empujado su demanda de admisión. Pasada la asunción jubilosa de la condición de nuevo miembro, los envoltorios identificatorios fueron conmocionados, haciendo presente una implicación distinta que empujaba a una elaboración. El tema del cartel fue “El partenaire escuela” y los trabajos producidos fueron presentados en las jornadas nacionales de carteles de este año.

Para ellos fue el comienzo, pero nos recuerdan a nosotros que la escuela se encarna en una experiencia que debe ser subjetivada, la misma constituye un pilar fundamental de la formación analítica y por lo tanto no tiene finalización.

La complejidad de los tiempos que nos toca atravesar nos convoca con urgencia a esa tarea. Estamos aún determinados por las consecuencias de los acontecimientos que pasaron a sucederse luego de la conferencia pronunciada por Miller en Madrid el 13 de mayo del 2017. Nos hizo conocer allí el proyecto de intervenir como analistas en el campo político para lo cual acentuó que es necesario, en primer lugar, bajar el nivel de las identificaciones. Posteriormente comunicó: “La red política lacaniana mundial no se confundirá con la AMP ni con sus escuelas, sino que constituye una extensión a nivel de la opinión.” Campo Freudiano año cero: “Todo recomienza, sin ser destruido, para ser llevado a un nivel superior.” [2]

Campo freudiano año cero implica considerar no solo los medios y procedimientos para llevar adelante esa particular extensión de la escuela, sino también sus efectos de retorno sobre lo que constituye su objetivo fundamental que no es otro que la formación de analistas. Requiere seguir atentamente sus consecuencias en los dispositivos específicos de la escuela: la admisión, la garantía y el pase.

La cuestión crucial es si lograremos incidir desde el psicoanálisis en la política o si las identificaciones, que se nutren de las ideologías políticas, se terminarán imponiendo dentro de la escuela obturando su funcionamiento. El problema de las identificaciones, que puede presentarse hoy bajo esta envoltura, requiere poner en práctica los recursos que disponemos para su tratamiento.

Pienso que solo podremos avanzar en este terreno si esos efectos de retorno se constituyen en efectos de formación en el sentido analítico del término. Es decir, si permiten generar una activa transferencia de trabajo en la escuela.

Este punto nos lleva a actualizar entonces la relación existente entre la intensión y la extensión en psicoanálisis. La extensión se sirve de la intensión y a su vez incide sobre ella. No se trata de dos registros diferentes que podrían estar representados por especialistas en cada uno de ellos. El asunto es cómo abordarlos y qué instrumentos disponemos para hacerlo.

Lacan señaló en su texto “Del psicoanálisis y sus relaciones con la realidad” que la posición del analista se encuentra condicionada por su alienación a un “Yo no pienso” fundamental. Pero agrega a su vez, que la misma está reforzada por el hecho de que a diferencia de otros, él lo sabe. Dice entonces que este saber no es portable, porque ningún saber puede ser portado por uno solo.

Por esta razón, dirá que “Los psicoanalistas son los sabios de un saber acerca del cual no pueden conversar.”[3]

Miller, señala entonces la importancia de establecer una relación con la suposición de saber, que sea propia a los miembros de una escuela. Propone la Conversación como la práctica esencial de una escuela en tanto sus miembros participan de una comunidad de experiencia.[4] Para que la misma sea posible es imprescindible situarse a cierta distancia de las identificaciones y abandonando una posición contemplativa, entrar en la discusión con una enunciación propia. Es la condición que permite alojar los desacuerdos. En 1991 Miller ya nos advertía acerca de los efectos mortíferos del peor de los desacuerdos. Se trata del desacuerdo con el desacuerdo mismo, del desacuerdo mudo, de aquél que concluye solo y rehúsa entrar en el debate con otros.[5] Como puede notarse, no se trata ni de la conversación con uno mismo, ni de los diálogos reservados entre semejantes.

A principio de este año, luego de un intercambio productivo que mantuvimos en el Consejo, organizamos bajo el título de “La Escuela hoy” cinco Noches con la modalidad de la Conversación. Fueron invitados Juan Carlos Indart, Mónica Torres, Samuel Basz, Graciela Brodsky y Jorge Chamorro. Samuel Basz suspendió la noche a su cargo dando razones al Consejo sobre su decisión.

El saldo que hemos podido extraer de cada una de ellas es muy favorable. Este ejercicio nos permite delimitar los problemas que nos afectan y buscar alternativas para su tratamiento. Sin duda existen entre nosotros coincidencias y también interpretaciones diferentes respecto a determinados temas, pero es justamente esto lo que vuelve interesante los encuentros y le da sustento a la conversación.

 Tomando en cuenta los diferentes puntos que se fueron desprendiendo de esas noches, hemos decidido en el Consejo continuar con las mismas pensando cada vez la modalidad que nos parezca más conveniente. Será el resultado de la conversación que mantenemos en el seno mismo del Consejo. No siempre estamos de acuerdo ni tenemos la misma lectura sobre ciertos problemas o acontecimientos. Estas diferencias nos llevan a disponernos para sostener una discusión basada en los principios de la orientación lacaniana. Es mi compromiso hacer todo lo posible para propiciarla.

También está demostrado el valor que tiene para nosotros la conversación clínica. Constituye una costumbre que nos convoca y nos anima. La cantidad de trabajos propuestos y la numerosa asistencia que participa de ella es una muestra de la importancia que le damos a la discusión clínica y que nos permite también saber en qué momento de elaboración de nuestra práctica nos encontramos en la escuela.

Una escuela que es importante recordar que no está sola, que junto con otras seis forma parte de la AMP. La fundación de la EOL el 3 de enero de 1992 está estrechamente ligada a la AMP. Comprometida con el proyecto de crear un movimiento analítico internacional y translingüístico de la orientación lacaniana.

Ser miembro de la escuela implica ser miembro de la AMP y debemos sostener con ella un diálogo permanente para encontrar la mejor manera de llevar adelante nuestras iniciativas. Así lo hicimos en abril de este año, cuando el Consejo mantuvo una reunión con Angelina Harari, Presidenta de la AMP, Jesús Santiago, Secretario de la AMP, y Ram Mandil, Consejero de la AMP por la EBP. En esa ocasión, en la que oficiaron como éxtimos del Consejo, se precipitó la propuesta que dio lugar al Primer Foro Zadig en Argentina. Como recordarán, se realizó el 23 de agosto de este año, su tema fue “Feminismos” y contamos con la participación de importantes representantes de diferentes campos de la cultura.

A su vez, junto con la NEL y la EBP constituimos una federación de escuelas, la FAPOL. Si bien existen diferencias locales, tenemos con ellas proyectos, intereses y objetivos comunes. Compartimos además problemáticas sociales y políticas complejas en nuestros respectivos países. Esto requiere que debamos encontrar cada vez el modo de responder a las mismas, teniendo en cuenta las posibles consecuencias de nuestras acciones. No menos importante es la relación con las cuatro Secciones de la escuela. Como está señalado en el informe del Consejo, mantenemos un contacto y una conversación continuada con ellas. Especialmente con aquellas que tratan de encontrar la salida que conviene a ciertos puntos de impasse que las afectan desde hace años.

También continuaremos nuestro diálogo con las Direcciones Ejecutivas del IOM2 y del ICdeBA. Este valioso intercambio nos permite abordar de forma provechosa las posibles relaciones con la escuela a partir de las transferencias que allí se suscitan.

Mañana darán inicio las XXVIII Jornadas Anuales de la EOL “Hablemos del inconsciente, aún…”. La programación permite apreciar un interesante despliegue de temas y de expositores, que han convocado un importante número de inscriptos dando cuenta del interés que nuestras jornadas suscitan cada año en la ciudad.

El lunes 2 de diciembre Eric Laurent recibirá el merecido título de Doctor Honoris Causa otorgado por la Universidad Nacional de Córdoba. Es un gran honor para la Escuela, para la Asociación Mundial de Psicoanálisis y para el Campo Freudiano en su conjunto. Por la tarde dictará un seminario en la universidad, y por la noche, organizada por la Sección Córdoba, participará de una conversación sobre “La formación del analista en la vida contemporánea”. Eric Laurent culminará su visita el miércoles 4, dictando una conferencia: “Reflexiones sobre tres encuentros del feminismo con la no relación sexual” Lo acompañaremos en cada uno de estos eventos agradeciéndole su infatigable trabajo y su constante disposición.

En pocos meses se realizará en Buenos Aires el XII Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. A partir del decidido compromiso asumido por la EOL para que el mismo se realice en Bs.As., mantenemos desde el Consejo un contacto permanente con sus directores, Fabián Naparstek y Silvia Baudini, para colaborar en lo que sea necesario con el fin de asegurar su organización y buen funcionamiento. Recientemente hemos recibido con una gran alegría la noticia de que contaremos en el congreso con la presencia de J.A. Miller.

Nos espera un año intenso y sin duda sumamente interesante.

Hoy Diana Wolodarsky finaliza una excelente gestión como Directora de la EOL y deja por lo tanto su lugar en el Consejo. El cuidadoso trabajo que ha realizado nos ha permitido una ágil y eficaz articulación con el Directorio. Por otra parte, su activa participación en el Consejo, y su disposición constante para tratar los temas que fuimos abordando, ha constituido un aporte de gran valor para nosotros. Quiero agradecerle especialmente esa dedicación.

A su vez, le damos una cálida bienvenida a Fernando Vitale, que como Director de la EOL, se suma a partir de este momento al Consejo. Lo conocemos, y sabemos que encontraremos en él a un valioso compañero para realizar nuestra tarea.

Comencé por agradecer la confianza depositada en mí al ser elegido presidente de la escuela. Pero como podría llevar adelante esta función sino es apelando también a la confianza. En primer lugar, a la confianza en mis compañeros del Consejo, con quienes vamos a compartir otro año de trabajo.  Pero no menos en la escuela en su conjunto. Más allá de las diferencias y las dificultades que se nos presentan tengo confianza en la escuela. La confianza es necesaria porque, como afirmaba Miller en el acto de fundación de la EOL, existe S (A/). Porque hay agujeros, no hay más remedio que la confianza. La confianza introduce una dimensión temporal que nos remite al futuro. Es una apuesta que nos alivia del peso de la incertidumbre.  Por eso tiene una cierta vecindad con la angustia. Sartre dice justamente que en la angustia se introduce una temporalidad por la cual me espero en el futuro. Me doy cita en el futuro -afirma- y temo no encontrarme en esa cita, o ni siquiera querer acudir a ella.[6]

Queridos colegas, tengo confianza. Confianza en que haremos de nuestro deseo la voluntad que nos permitirá cada vez acudir a la cita que nos propone la escuela.

Muchas gracias.

 

NOTAS

  1. Miller, J.A.: “Teoría de Turín acerca del sujeto de la escuela” en: https://www.wapol.org/es/las_escuelas/
  2. Miller, J.A.: “Campo freudiano año cero” en “Lacan Quotidiene N° 718”
  3. Lacan, J.: “Del psicoanálisis y sus relaciones con la realidad” en Otros Escritos, Edit. Paidós, Bs.As., pág. 379.
  4. Miller, J.A.: “Lo post analítico” en Conferencias porteñas Tomo 3, Edit. Paidós, Bs.As, pág. 93.
  5. Miller, J.A.: “La hora del debate” en Uno por Uno Edición especial de marzo de 1991, pág. 23.
  6. Sartre, J. P El ser y la nada, Edit. Losada, Bs. As., 1966, p. 79.