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Entrevista de actualidad 14

Recibí los siguientes envíos: una carta de Iordan Gurgel, Presidente de la EBP, la Escuela brasilera (ver al final del número); Contribuciones de Philippe De Georges y Joëlle Joffe, que serán publicadas en las "Entrevistas".
Textos en lengua española, los cuales espero puedan ser traducidos al francés; sus autores son: Patricia Tagle Barton, de Lima (NEL); Juan Carlos Tazedjián, de Valencia (ELP); Ursula Seibert, de Buenos Aires (EOL).
Una carta de P. G. Guéguen y de A. M. Lemercier, invitándome a una Conversación en el CPCT de Rennes, y una de Elvira Guilania, invitándome a Barcelona para una Conversación de CPCT españoles: responderé.
La publicación de estas "Entrevistas" queda suspendida por las vacaciones de Toussaint; preveo retomarla el jueves 13 de noviembre; pueden, entre tanto, dirigirme los textos a la dirección: jam@lacanian.net; les recomiendo que me los manden en "archivo adjunto".

DEL CPCT A LA ESCUELA

J.-A. Miller: ¿Qué le inspira este debate? ¿Qué retiene usted? ¿Qué elimina? ¿Cuáles son sus reacciones, sus objeciones, sus respuestas? ¿Cuál es la mirada que usted tiene sobre las contribuciones y sobre el CPCT? ¿Hay algunos elementos que le parecen dignos de ser puestos en consideración?
F. H. Freda: Es verdad que este debate comenzó a partir de la Conferencia institucional que no estaba, sin embargo, dedicada a un trabajo sobre el CPCT.
JAM: Pero nos encontramos con que la gran mayoría de las contribuciones, para responder a la pregunta "Nuestra Escuela, nuestro psicoanalista" habla del CPCT.
FHF: Es innegable. Eso plantea ya una cuestión. ¿Por qué cuando a alguien se lo interroga sobre A responde sobre B? Nadie había pedido hablar de los CPCT pero, aparentemente, por las respuestas, hay un lazo estrecho. Responden a la Escuela a partir del CPCT. Es ya un punto de interrogación, tanto para la discusión sobre el CPCT como para la Escuela. ¿El CPCT viene a reemplazar a la Escuela? ¡Por supuesto que no! Es una mala interpretación. ¿El CPCT es una Escuela? ¡Por supuesto que no! Él no es una Escuela analítica. No tiene la función de formar a los psicoanalistas. Él contribuye a la formación de los analistas. Contribuyó también a la mía, pero no podemos decir que fue ahí donde se hizo mi formación. No se qué problemas hay en la Escuela –no en el CPCT– con relación a esas respuestas masivas. Quizá el problema sea el de una cierta opacidad de la Escuela respecto de los colegas.
JAM: Según usted, ¿habría una transparencia del CPCT y una opacidad de la Escuela?
FHF: Es una hipótesis. Yo no lo afirmo. Hay un problema de la Escuela que es necesario tratar. No es de hoy, no es desde la creación del CPCT, es anterior.
JAM: ¿Qué problema?
FHF: Hay que descubrirlo. Yo tengo una pequeña idea: el problema de la Escuela es que es necesario leer a Jacques-Alain Miller. ¡Leer! Usted conoce mucho mejor que yo la fórmula de Lacan: "se me cita, no se me lee".

JAM: Yo nunca dije eso de mí.

FHF: Soy yo quien lo dice. Es por eso que, por otra parte, hay por primera vez en la Escuela un seminario donde de lo que se trata es de leer a Jacques-Alain Miller.

JAM: ¿Qué retiene usted de las críticas que se están haciendo desde hace diez días?

FHF: La crítica que viene de manera constante, es que las subvenciones ocasionan problemas. Primer punto: fue necesario hacerlo, y todo el mundo estaba al corriente; todo el mundo conocía los pedidos de subvención del CPCT, desde su creación hasta hoy. Entonces, ninguna novedad. Nadie puede decir: "no lo sabía". Esos pedidos eran presentados regularmente al Consejo de administración del CPCT, y también al Consejo de la Escuela, hasta ahora.
JAM: Las cuentas de tesorería de la Escuela son presentadas a todos los miembros de la Escuela, lo que no es el caso del CPCT.
FHF: Yo pedí que fueran enviadas a todos los miembros de la Escuela, otros se negaron.
JAM: Ese era su primer punto, ¿cuál es el segundo?
FHF: La subvención era el producto de la presentación de nuestro trabajo frente a las autoridades, que no eran menores. Llegó hasta el secretario de M (...) que se ocupaba de la salud; él mismo presentó el CPCT como una experiencia única para el tratamiento de los precarios. Ese expediente, por otra parta, va para largo y espero que llegue a ver el día. Nuestro pedido de subvención era también un arma para dar a conocer el CPCT al mundo, que quería a todo precio que nos quedáramos encerrados en nuestros consultorios. Las subvenciones permitían también pagar los impuestos, la secretaria, etcétera. Era entonces una manera de presentar nuestro trabajo, nuestro trabajo clínico. ¿En qué podía interesarles a los que subvencionaban? Cuando me pedían cuentas les importaba poco saber qué íbamos a hacer con el dinero, porque era transparente, pero querían saber cómo trabajábamos. Incluso me enviaron hojas de evaluación, que yo llenaba sin dificultad y, al mismo tiempo, nos pedían los casos clínicos. Evidentemente, tomamos todas las precauciones necesarias. Pero ellos sabían que el sistema de evaluación empleado estaba lleno de fallas enormes.
JAM: ¿El sistema oficial?
FHF: Yo sabía que un ministerio había enviado a los colegas un pedido de estudio psicoanalítico sobre el pasaje al acto. El CPCT, a partir de su saber hacer, con lo que produce como conocimiento, es solicitado cada vez más.
JAM: Ciertas críticas apuntan al "cada vez más".
FHF: Veamos el "cada vez más". Se dice que hay demasiada gente en el CPCT-Chabrol. Cuando dejé el CPCT, había 60 personas, hoy hay 90.
JAM: Veinte al principio.
FHF: No, desde el primer año, prácticamente cincuenta.
JAM: Según Daniela Fernández, entre abril y noviembre de 2003 había unas veinte personas. En seguida, con la llegada de la primera promoción del Atelier, hubo de diez a quince personas más. Luego, se llegó a 60, cuando usted partió. Hoy son 90. Ahora bien, usted partió en...
FHF: En abril de 2007.
JAM: En un año y medio un crecimiento del 50 por ciento.
FHF: Hay toda una serie de cosas que hay que mirar más de cerca. Tomemos el primer organigrama que establecí. Había unas veinte personas y cada una de ellas trabajaba más o menos una hora y media, dos horas por semana.
JAM: Daniela Fernández dice trabajar entre cinco y seis horas por semana.
FHF: Ella es una de las grandes del CPCT. Yo les había pedido a cada uno dos horas de trabajo, más una hora obligatoria de reuniones por mes. Si hay veinte personas, esos hace 40 horas por semana; entonces, un tiempo completo, el tiempo completo de un servicio hospitalario. Con 40 horas, la institución funciona mínimamente.
JAM: Noventa es quizá mucho con relación al número de parisinos miembros de la Escuela, mucho también para lo que es la juventud que se forma en psicoanálisis.
FHF: Es muy posible. Eso plantea el problema de un equilibrio a encontrar. La idea inicial era un CPCT estable.
JAM: Yo quería un pequeño CPCT de diez, quince, veinte personas y una búsqueda de subvenciones que permitiera pagar el alquiler, la empleada de limpieza, un secretariado, y una vez obtenido eso, no buscar más subvenciones. Mi idea era la de un CPCT experimental. Ví, en el primer mensaje que usted envió, que su concepción era muy sensiblemente diferente y que lanzaba un gran llamado. Yo lo dejé hacer.
Las críticas formuladas desde hace diez días, ¿lo llevan a reconsiderar ciertos puntos del método que usted puso en obra? ¿O preferiría reflexionar sobre eso y que lo retomemos más tarde?
FHF: Prefiero responder ahora. Conozco el proverbio: "La primera idea es la buena, hay que desconfiar de ella". Habrá que modificar cosas, pero ¿cuáles? ¿Es el número de personas en el CPCT? Por otra parte, ellos sacan un gran provecho de esta experiencia.
JAM: ¿Está usted seguro?
FHF: Puedo decirle que ví evolucionar mucho a los colegas. Y puedo decir que sí, que sacan un provecho muy grande.
JAM: En el desconocimiento en el que estaba de la realidad efectiva de las cosas, creía que los pasantes del CPCT no hacían más que dar horas de trabajo para recibir pacientes. Quedé estupefacto al conocer que esa no era más que una parte de lo que se les pedía, que había una multitud de otras tareas, tareas administrativas y de archivo.
FHF: Puedo responderle porque yo hice eso: con tres o cuatro de esos jóvenes traté de encontrar subvenciones, me parecía que ponerlos un poco en la experiencia iba a permitirles saber lo que quiere decir presentar el psicoanálisis a las autoridades. No eran ellos quienes lo presentaban, era yo, pero ellos estaban a mi lado. Yo tenía la idea de hacer un trabajo para ellos, que les daría una idea de lo que puede ser un psicoanalista en el siglo XXI, porque en el futuro tendrán una tarea de ese orden, de una manera o de otra.
Para la organización de las Jornadas de formación...
JAM: Ahí también me sorprendió conocer la existencia de tales Jornadas.
FHF: El Comité científico dirigía esas Jornadas.
JAM: Eso no formaba parte de los planes iniciales del CPCT.
FHF: Pero era una manera de poder financiar el CPCT.
JAM: ¿No lo perturba el hecho de que financiar el CPCT se haya convertido en una finalidad esencial del CPCT?
FHF: No es la finalidad esencial del CPCT. Es necesario, por la supervivencia del CPCT. Cuando usted ve el presupuesto de hoy, del orden de los 180.000 euros por año –cifra a verificar con Grasser– cualquier estructura cuesta eso como mínimo por año, sabiendo además que habrá que modificar el local.
JAM: Me dijeron que había un segundo local e incluso un tercero.
FHF: Podíamos recibir jóvenes a condición de tener un local independiente, porque tienen, en relación con las subvenciones, exigencias a ese nivel.
JAM: ¿No percibe usted que estamos totalmente afuera del plan inicial?
FHF: Hubo un desarrollo seguramente alejado de la idea inicial.
JAM: Eso produce el sentimiento de que estamos, de ahí en más, en la época de: "el CPCT por el CPCT", como se dice: "el arte por el arte".
FHF: No, no lo pienso así. Es el CPCT por el psicoanálisis en la ciudad.
JAM: La ciudad no existe. El CPCT sedujo a las autoridades, y para seducirlas, debió plegarse a sus exigencias y a sus normas.
FHF: Ninguna exigencia fue planteada durante mi mandato.
JAM: Entonces, ¿por qué se agrandó así?
FHF: Pensé que el CPCT debía agrandarse, era un lugar propicio para los psicoanalistas de la Escuela, una experiencia clínica nueva y había toda una serie de problemáticas en las cuales el psicoanalista de nuestra Escuela estaba ausente, y donde él podía dar su punto de vista. No veo por qué M. Ruffo puede hablar de la adolescencia, del autismo, etcétera, y el psicoanalista de la Escuela no puede.
JAM: ¿Usted proyecta también una acción mediática?
FHF: Cuando presenté un programa del CPCT a las autoridades apuntaba a que nuestro trabajo fuera conocido.
JAM: Dar a conocer que somos eficaces...
FHF: No hay que olvidar que están los comportamentalistas que promueven su modo de tratamiento en detrimento de todo lo que nosotros hacemos.
JAM: Una frase de Nietzsche dice: "nos convertimos en eso que combatíamos".
FHF: ¿Podemos aplicar esa fórmula hoy? No, porque mostramos que podíamos hacer de otra manera.
JAM: ¿Cree usted verdaderamente que podemos tomar como referencia del acto analítico un tratamiento de dieciséis sesiones de sujetos cuya mayoría son psicóticos? ¿Usted cree que eso puede constituir una referencia esencial?
FHF: No.
JAM: ¿Qué pasa si la energía, la libido del Campo freudiano, de sus estudiantes, de su juventud, de sus AE, de sus ex AE, de los miembros de la Escuela, si todo esto es aspirado por el crecimiento de los CPCT?
FHF: Si se entendió así, es muy malo. No pienso, para nada, que sea así.
JAM: Yo sí pienso que pasa de esa manera. Nos acercamos al punto de báscula. Ahí nos diferenciamos.
FHF: No pienso que la Escuela en su conjunto, el Campo freudiano en su conjunto...
JAM: Primera indicación: ¿quién fue elegido Presidente de la Escuela?, el director del CPCT. Segunda indicación: hace un cuarto de siglo que me opongo, junto con otros, a que la Escuela, como las Secciones Clínicas, pidan subvenciones. Ahora bien, estuvimos a punto de que la Escuela se lanzara a la búsqueda de subvenciones para financiar sus "grupos de investigación", los cuales fueron creados por usted el año pasado. ¿Es exacto?
FHF: No, los grupos de investigación existían con anterioridad. Yo no sabía que se había pedido subvenciones para los grupos de investigación.
JAM: No lo hicieron, pero iban a hacerlo.
FHF: No estaba al corriente. Nunca dí mi acuerdo para que vayamos a buscar subvenciones, o si no, lo olvidé completamente.
JAM: Pasa que uno se olvida. Me pasó a propósito de Bahía.
FHF: Si hubiese sido el caso, yo pensaría que habría habido una desorientación.
JAM: Tercer elemento: cuando el Bureau de la Escuela abre en internet un espacio de debate bajo el título "Nuestra Escuela, nuestro psicoanalista", la casi totalidad de los textos no hablaban de otra cosa que del CPCT. La clave que propongo explica este hecho. ¿Eso no lo hace reflexionar?
FHF: Usted me dice: el presidente de la Escuela es el antiguo director del CPCT. A título de eso podría decir que el director de las últimas Jornadas es también el director de un CPCT.
JAM: ¡Todo el mundo en la Escuela se está volviendo director del CPCT!, director o secretaria o empleado de un CPCT. Uno no puede darse vuelta en la Escuela sin caer sobre el CPCT. Abriendo los armarios encontramos siempre el mismo plato: el CPCT.
FHF: Yo puedo decir también que todo el mundo está en las Secciones clínicas, todo el mundo.
JAM: Ah, pero las Secciones clínicas nunca buscaros subvenciones y nunca nadie se identificó a las Secciones clínicas. Ahora bien, yo tuve ya la ocasión de decirle en privado que hay una identificación extremadamente fuerte al CPCT.
FHF: ¿Y, cómo lo explica usted?
JAM: No está dirigido de la misma manera.
FHF: ¿Es decir?
JAM: No se utiliza el arma de la identificación. Uno se priva, porque estamos en el discurso analítico. Hace veinte o treinta años que ellas existen. Las Secciones clínicas podrían tener subvenciones, habríamos podido también hacer una "Universidad" desde hace mucho. La fuerza de las Secciones clínicas, y su resistencia a través del tiempo, se basa en que todo lo que ellas podrían hacer y no lo hacen. De la misma manera que cuando se está en análisis no utilizamos todos los medios que podríamos usar: la sugestión, la identificación. La fuerza del discurso analítico proviene de todo lo que el analista no hace. Lo esencial de la "formación" del analista, como se dice, consiste en aprender a no servirse de la fuerza que le da la situación de lenguaje instituida por la demanda del sujeto que sufre.
Creo comprender la razones que me expuso, pero querría que también usted tomará en cuenta, modulándolas, las críticas que han sido formuladas.
Hace una hora y cuarto que discutimos, podemos parar, si está de acuerdo, y retomar dentro de algunos días.
FHF: Estoy de acuerdo en retomar la discusión sobre el punto preciso de su interpretación.

Palabras recogidas el 22 de octubre de 2008.

DOCUMENTO
HERMÈS: EL TRIUNFO DEL ANTI BLING BLING
Por el más grande de los azares, esta mañana caí sobre la siguiente página, extraída de la revista Capital, Nº 205, octubre 2008, p.38. Se trata de la famosa casa del Faubourg St. Honoré en París y de su singular filosofía comercial. JAM

Desde 2003, las ventas progresan al ritmo anual de cientos de millones de euros, para alcanzar 1,6 mil millones el año pasado. Al mismo tiempo, los beneficios pasaron de 220 a 293 millones de euros y la rentabilidad operacional (l´Ebitda) alcanza hoy el 27 por ciento. Cierto, en este Business se puede hacer mejor: Gucci y sus pantuflas con su grueso logotipo en dorado (340 euros) casi duplicó su cifra de ganancia en cinco años; Louis Vuitton y su cartera especial camuflada (1.030 euros) presenta una rentabilidad del 43 por ciento. "Pero, a fuerza de vender todo y no importa qué, algunas marcas corren el riesgo de ‘autodestruirse’", estima la periodista norteamericana Dana Thomas, autora de Luxe & Co., una encuesta detallada sobre la práctica de sector. "Es la última casa que resiste a la tentación del dinero fácil", agrega ella. Confirmación de David Da Maïa, analista financiero en Aurel Leven: "Hèrmes podría fácilmente obtener un ganancia del 30 por ciento en cinco años. Pero el grupo prefiere ganar el 10 por ciento durante cien años, antes que manchar su imagen".
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UNA CARTA DE IORDAN GURGEL
Estimado Jacques-Alain Miller,
El consejo de la EBP, en su reunión de 18 de octubre de 2008, pudo debatir sobre el tema de la acción política en lo que concierne a una reorientación de los CPCT de Brasil, a partir de las entrevistas de actualidad difundidas por usted y de los ecos de su intervención en las jornadas de la ECF (por intermedio de Angelina Harari).
Más allá de la reflexión crítica, sus ecos produjeron un entusiasmo respecto de lo que consideramos un punto sobresaliente de sus palabras: la relación al sujeto supuesto saber.
La respuesta de Eric Laurent a Bernardino Horne, concerniente a los dos niveles de conocimiento, introdujo también un debate interesante sobre el tema del coloquio de la EBP en Salvador de Bahía, sus consecuencias políticas y sus efectos en la comunidad.
En el próximo comunicado, que tiene que salir pronto, el Consejo de la EBP recomienda prudencia en lo que concierne a las nuevas iniciativas CPCT en Brasil.
Querríamos también dar a conocer un documento difundido en Um por Um (01/08/08) titulado "La Política del Consejo", donde el Consejo de la EBP, en relación con la "acción lacaniana" puso en evidencia que:
"[…] incitar a la creación de dispositivos de psicoanálisis aplicado a la terapéutica, incluidos los CPCT, debe, preferentemente, estar ligado a la manera en que los carteles funcionan en lo que concierne a la discusión y a la crítica asidua del funcionamiento de estos Servicios. Esta tarea nos compromete en la realización de un trabajo epistémico muy importante, considerando que viene del psicoanálisis puro la preparación de operadores para el psicoanálisis aplicado".
Cordialmente,

 
Traducción: Damasia Amadeo Freda