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La Escuela
Asamblea y Congresos Ordinarios

XXVII Congreso Ordinario de la EOL
 

Discurso de la Directora entrante: Diana Wolodarsky
1 de diciembre de 2017

Queridos colegas, amigos, Sr. Presidente y Sra. Vicepresidenta de la AMP. Queridos Miquel y Angelina.

Este nuevo acontecimiento de permutación que es siempre un motivo de festejo, me encuentra –como a tantos de ustedes- entre la alegría y la pena. Porque vamos a extrañar a colegas muy queridos que hemos perdido en estos días.

Pero aquí estamos, para seguir sosteniendo esta causa y hacer honor a quienes nos han legado enseñanza.

En ocasiones, algunas inquietudes me desvelan en la noche. En estas últimas semanas, esto ha sido frecuente.

Una en particular está presente en mí: la del lugar de la Eol en la AMP y la del affectio societatis entre sus miembros.

La intervención de Madrid marca un antes y un después en la historia de la AMP.

En lo que incumbe a nuestra Escuela, hemos sido interpretados e interpelados por Jaques -Alain Miller.

Este directorio está bajo aquellos efectos de resonancia y la responsabilidad se siente mayor.

La posibilidad que en tanto Directora pueda integrarme al trabajo que lleva adelante este Consejo, atempera un cierto sentimiento de soledad.

Estamos solos. Todos lo estamos. Esa es la condición de lo que hace Escuela: consentir a la soledad que hace lazo en un espacio común.

O en el bien decir de Miller, al referirse a el affectio societatis: "Tenemos que proteger la vertiente de la soledad (del paciente, del analista, del enseñante). Simultáneamente, afirmamos la dignidad de lo que hacemos juntos"[1]

Se trata de lo que hace lazo en la Escuela. Modalidad que fundó Lacan orientada para la formación del analista y refunda y orienta Miller 2, a fin de considerar las incidencias y porvenir del psicoanálisis en el mundo.

Esta es la causa que me anima, una vez más, a asumir una función de estas características.

La que entiendo como: conducir, coordinar, ejecutar y también, en tanto un miembro más del Consejo Estatutario, orientar un trabajo de Escuela.

El mundo está agitado y violento. La pulsión de muerte esta a la orden del día y así, la intolerancia al goce del otro.

El uso de la palabra está en franca decadencia. La lógica en juego parece ser: si algo no te gusta, si algo no compartes…"elimínalo". Como si fuera un juego de ex-box.

La lucha por sobrevivir desconoce al semejante, el diferente es siempre sospechoso. Y sobre todo si porta ciertos rasgos de pensamiento o corporeales (tomo como válido este lapsus de escritura). El compromiso del psicoanálisis no es solo continuar en la lucha contra aquellos sistemas e ideologías que procuran su fracaso. Es también y fundamentalmente, ampliar el horizonte de incidencia de nuestro hacer, a fin de incidir en políticas que cada vez más se inscriben en un programa global de supresión de las diferencias y las singularidades.

En esta vía, la acción lacaniana es una dimensión del psicoanálisis que debemos atender y hacer trascender.

Resistir el empuje a que el psicoanálisis se convierta en un objeto más entre otros que ofrece el mercado, y si lo hace, que sea sin perder su rasgo distintivo.

A veces, hay que confesarlo, nos dejamos seducir por resultados que cuantificamos con sus reglas y que suturan el agujero de saber.

Sostener la lógica del no-todo, de la inconsistencia, hacer transmisión mas allá de nuestros muros, esa es la acción que se espera de nuestro psicoanálisis.

Respondiendo a este marco de situación, me pareció oportuno proponer una política de trabajo, que titulé: "Una política de borde y relieve para la Escuela".

Siguiendo esta perspectiva es que quiero contarles, a grandes trazos, algunas de las propuestas que conversaré con el Consejo:

-Contar con Noches de Escuela: una bajo responsabilidad del Directorio, a fin de abordar el psicoanálisis en intensión y en extensión. Otra, orientada por el Consejo Estatutario a fin que este disponga de su uso (Pase, Garantía, alguna en conjunto con Directorio, conversación clínica etc.)

Otras noches: una, destinada a Noches Abiertas, otra para presentación de libros, otra, que se distribuirá para uso de Fapol, Comité de Acción, Jornadas y Congresos…en fin, ubicar en nuestro calendario espacios llenos (si se usan) y vacíos (si no se usan).

Desde el Directorio, nos interesaría trabajar:

-Cuestiones cruciales del psicoanálisis acerca de la formación del analista hoy, y cómo pasa esta a su práctica.

- Recuperar un espacio epistémico sobre política del psicoanálisis, valiéndonos de uno de los cursos de Miller de la orientación lacaniana (a definir).

-Así como disponer de una noche que nos gustaría denominar: "Clínica de la civilización", a fin de tratar las distintas modalidades de segregación en el mundo.

Los estamos invitando a compartir la responsabilidad de llevar adelante un trabajo de Escuela.

El lazo ha sido y sigue siendo orientarnos por las políticas de la AMP y de Jaques -Alain Miller.

Finalmente: Mis felicitaciones a todo el Directorio saliente.

Agradecimiento, en especial a Luis Tudanca por su generosidad y tiempo para transmitirme su experiencia de Escuela. A Andrea Zelaya, por su disponibilidad y colaboración a fin de concretar la puesta en marcha en este relevo.

Agradecer al Consejo Estatutario la confianza que deposita en este acto en mí y en el Directorio elegido, deseando llevemos adelante en conjunto un trabajo valiente y digno.

A Leonardo Gorostiza, mi alegría por su elección surgida de un voto unánime, que expresa la confianza de la Escuela depositada en su experiencia y autoridad analítica.

Resta ahora el desafío de estos dos años junto a Leticia Acevedo, Cecilia Rubinetti, Nicolás Bousoño y Walter Capelli.

Un deseo nos identifica en esta puesta en marcha: que nuestro esfuerzo resulte un aporte a la causa que nos convoca y por la cual hemos sido elegidos.

Muchas gracias.

 

NOTAS

  1. Miller, J.-A.: Affectio Societatis, Río de Janeiro, 1995-París 1996.